Los "deberes" de Susana Díaz que han forzaron a Pedro Sánchez a cambiar de rumbo

Nadie, ni dentro ni fuera del PSOE, cuestiona a estas alturas que Pedro Sánchez se la juega de manera definitiva el próximo 26-J. Se la juega el candidato socialista y con él, el propio PSOE para quien estas próximas elecciones pueden marcar un antes y un después. Para que nadie dude de la encrucijada, Susana Díaz ha elevado el listón proclamando que el PSOE “solo” puede ganar y en paralelo, Pedro Sánchez ha iniciado una modificación de rumbo cuya expresión más tangible es el denominado “gobierno a la sombra”.

Atrás parece haber quedado el empeño de la juventud como factor indicativo de cambio con los fichajes de Margarita Robles, José Borrell, o el propio Jordi Sevilla. Solo Margarita Robles ha adquirido un compromiso claro con Sánchez al ir de número dos en la lista por Madrid.

Todos ellos han superado la cincuentena y todos ellos aportan experiencia, compromiso, en mayor o menor medida con el partido y, en principio, poco o nada proclives a un eventual pacto con la coalición de Iglesias y Garzón. Jordi Sevilla, muy crítico con la política económica del PP, mantiene, no obstante tesis bien contrarias a las que defiende Unidos Podemos.

El gobierno en la sombra de Sánchez supone una apuesta por la centralidad con dirigentes que están en la cincuentena

Con la presentación de lo que hoy por hoy es un gobierno virtual, Pedro Sánchez ha iniciado su campaña a la lo largo de este fín de semana. Lo ha hecho en Cataluña y no por casualidad. Bien saben los socialistas que para ganar las elecciones generales necesitan ganar en Cataluña en donde el PSC ha entrado a formar parte del gobierno municipal con Ada Colau. Lo mismo se está barajando en Madrid y aunque en esta federación no faltan quienes creen que “si se da el paso debe hacerse después del Congreso”, no se descarta que la entrada en el gobierno de Manuela Carmena pudiera producirse tras las elecciones generales “dependiendo de lo que ocurra”.

"Experiencia y moderación"

Con su gobierno virtual, Pedro Sánchez quiere trasladar “de manera inequívoca” que el PSOE es un “partido de Gobierno capaz de promover los cambios que España necesita pero desde la experiencia y la moderación”. El PSOE ha renunciando a competir con Unidos Podemos por el flanco de la izquierda. “A estas alturas, se indica desde Ferraz, no necesitamos recordar que somos un partido de izquierdas y que sin nosotros no habrá Gobierno de cambio. El PSOE ha liderado, y lo seguirá haciendo, la izquierda española. No vamos a perder nuestra identidad porque otros lo hayan hecho”. La coalición Garzón-Iglesias van a estar en el punto de mira de la campaña de Sánchez. “Ahora ya nadie se llama a engaño ni se deja ensimismar por una de las caras de Iglesias que tiene muchas”.

La mayor parte de los integrantes del gabinete presentado por Sánchez tendrá una escasa participación en la campaña con la salvedad de Margarita Robles, cuyo compromiso con el candidato socialista es absoluto y el propio Patxi López, considerado ya como un “veterano” del partido. Cesar Luena se encargará de movilizar a los barones, algunos de ellos como el extremeño Fernandez Vara o el valenciano Ximo Puig, un tanto distanciados de Sánchez y a las propias federaciones.

Susana Díaz ha decidido patearse Andalucía sin esperar llamada alguna para que “Pedro sea presidente”

La excepción será Susana Díaz que ha decidido patearse Andalucía sin esperar llamada alguna para que “Pedro sea presidente”. Unos buenos resultados en la comunidad autónoma andaluza ayudan al triunfo general del PSOE y para ella suponen la mejor carta de referencia para la noche del 26-J. La exigencia, casi de imposible cumplimiento, planteada a Sánchez quiere hacerla realidad en Andalucía “en donde vamos a ser los primeros y sólo los primeros”.

Susana Díaz se ha propuesto ser el azote de Unidos Podemos descartando a priori cualquier acuerdo con Iglesias. Si el veto al PP se mantiene y todo indica que así va a ser aunque cuidando más las formas, el PSOE tiene como única opción de Gobierno ganar a todos el 26-J.

Y es la noche del 26-J la que el PSOE y el propio Sánchez esperan con auténtica ansiedad. Las encuestas conocidas hasta el momento no son halagüeñas para los socialistas. Todas ellas indican que el suelo del PSOE puede estar incluso por debajo de los 90 escaños. Si esto ocurriera, muchos socialistas creen que “aun cuando tengamos dos escaños más que Unidos Podemos lo más que podremos decir es que les hemos ganado, pero habrá que decirlo con la boca muy pequeña porque si las encuestas se cumplen, el desastre seria absoluto”.

Para conjurar los malos augurios, Sánchez ha optado por un virtual gobierno que supone un cambio de rumbo más que ostensible

Precisamente para conjurar los malos augurios, Sánchez ha optado por un virtual gobierno que supone un cambio de rumbo más que ostensible, al menos en relación a los fichajes que realizó, por ejemplo, para la lista que presentó por Madrid el 20-D, cambio que para algunos indica una vuelta a las esencias del PSOE. “No hay que engañarse, el PSOE es más reconocible con Sevilla o Borrell que con Irene Lozano”, se sentencia en Ferraz.

El gobierno virtual de Sánchez no ha gustado en Unidos Podemos en donde ven con satisfacción “controlada” la posibilidad cierta de superar en votos al PSOE. “Si después del 20-D Sánchez se ató a Ciudadanos, ahora se ata a las llamadas viejas glorias. Para nosotros Sánchez es un aliado, un socio y si quiere llegar al Gobierno sólo lo puede hacer con nosotros”.