Comer sano implica seguir una dieta equilibrada, variada y adaptada a las necesidades de cada individuo, sin excluir ningún grupo de alimentos ni caer en el extremismo. Comer sano también implica disfrutar de la comida y de su preparación, sin sentir culpa ni miedo. Las personas con ortorexia, sin embargo, planifican menús de forma estricta y muy restrictiva, por eso este trastorno puede tener consecuencias negativas tanto para la salud física como mental.