| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Personas entrando en la oficina de empleo
Personas entrando en la oficina de empleo

Los buenos datos de empleo se acabarán tras el verano: frenazo en la economía

Tras los últimos buenos datos de empleo y crecimiento se esconde un incierto futuro económico: los economistas consultados coinciden en el frenazo que se avecina en otoño.

| Hugo Pereira España

Ya lo decía el filósofo estadounidense Henry Hazlitt: el mal economista solo ve lo que se observa de inmediato; el buen economista también verá más allá. Y con los datos de empleo y crecimiento económico está ocurriendo precisamente eso.

Si analizamos el momento presente, ciertamente los datos de empleo son positivos. El desempleo está bajando en España. Con números en la mano, el número de cotizantes se mantiene en los 20,89 millones y el número de parados por debajo de los tres millones. Hay concretamente en España unos 2,7 millones de desempleados. Cinco meses, por tanto, de bajadas consecutivas del desempleo que lo sitúan en mínimos de 2008.

Si nos quedáramos con estos datos, el análisis debería ser de triunfalismo y esperanza absoluta. Si cabe toda una victoria económica que reflejaría una brillante gestión económica del Ejecutivo de Pedro Sánchez, tal y como presume el actual Gobierno en funciones. Pero un buen economista, politólogo o cualquier profesional de las ciencias sociales es aquel que sabe ver más allá, anticipando, el futuro más inmediato.

En este sentido, tal y como a continuación desgranamos, con la ayuda de varios economistas con los que este periódico ha hablado, la economía española batalla contra un otoño de clara ralentización. Y no se trata de clarividencia. Los signos ya son evidentes: el ritmo de crecimiento del mercado laboral empieza a dar signos de agotamiento tras la creación de sólo 21.945 nuevos empleos en julio, un mes estival en donde siempre se potencia su creación, pero que, paradójicamente, este pasado mes ha sido el menos acusado de todos los meses del 2023 y uno de los peores mes de julio de la última década.

Empleo estacional

"Los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) que contabiliza como ocupados a todos aquellos que hubieran trabajado la semana anterior a la encuesta, son positivos, pero están muy condicionados por el aumento del empleo producido por el fuerte impulso del sector turístico, que este año alcanza cifras récord en algunas zonas de España", empieza analizando Almudena Gómez, economista contactada por ESdiario. Sin embargo, añade, "a pesar del buen comportamiento del turismo, existen muestras de debilidad estructural en nuestro mercado laboral, que generan muchas dudas en cuanto a su evolución anual en términos desestacionalizados".

Consecuentemente, "si procedemos a analizar los porcentajes de empleo por franjas de edad, se ven señales de alarma que permiten albergar dudas razonables a medio plazo, sobre la evolución del empleo. Así, entre los 16 y los 24 años, la tasa de paro llega hasta el 28% y centrando aún más el análisis en el paro juvenil de 16 a 19 años, alcanza el 43%. Por parte de la población de más edad también tenemos señales de alarma ya que según la EPA, el total de parados es de 2.763.000 y de entre ellos, el 19,36% son personas de más de 55 años que buscan empleo", explica Almudena Gómez.

Por todo ello, alerta la economista, debemos escapar de los datos desestacionalizados y analizar el conjunto: "Para tener unas previsiones razonables y poder generar actuaciones destinadas a la inserción laboral del mayor número de personas, es preciso alejarse del triunfalismo derivado de efectos coyunturales, como el turismo de verano y centrarse en la evolución del empleo en cifras desestacionalizadas y comparables que ofrezcan datos realistas para poder articular medidas adecuadas a la verdadera situación del mercado laboral", incide.

Los fijos discontinuos 

Otro de los economista consultados por este periódico, Jaime Caneiro, va más allá y alerta de la imposibilidad de medir correctamente el número de desempleados reales. Y esto, consecuentemente, obstaculiza la lectura presente de la salud de nuestro mercado laboral y dificulta hacer certeras previsiones a futuro: "En primer lugar, hay que destacar la figura de los fijos discontinuos. Ningún gobierno, salvo el de Pedro Sánchez, ha usado tanto esta figura. Las cuentas de empleo, pese a que ya están dando datos negativos, están maquilladas, con lo cual el dato sería muchísimo peor del que ya es. Para que la gente lo entienda, un fijo discontinuo es una persona que está indefinida -está fija- pero que trabaja X veces al año y, por lo tanto, del 100% de un año trabaja entre un 15 y un 30 y no ejerce entre un 70 y un 80%", explica el economista a ESdiario.

Así, incide Caneiro, "esto implica que, en el conjunto de un año, las personas fijas discontinuas están entre un 70 y un 80% sin trabajar, es decir, sin estar dados de alta y sin estar cobrando. Porque, obviamente, solamente están dados de alta [en la Seguridad Social] y cotizan -y cobran- cuando están desarrollando su actividad económica. El resto del año no. Y esto lo que está provocando es un maquillaje importante y sustancial de las cuentas de la tasa de desempleo", sentencia.

La ralentización del empleo

Llegados a este punto explicativo, la pregunta que cabe es ¿por qué se está ralentizando la creación de empleo?  El economista Jaime Caneiro aporta tres factores clave a este periódico para responder a la cuestión.

"El primero, y a mi juicio de los más importantes, es porque el Gobierno de España, a través del Ministerio de Trabajo, está llevando a cabo una serie de políticas que penalizan aquellas empresas que abusan, entre comillas, la figura de los contratos temporales. Es decir, se está intentando a toda costa que todos los contratos que se hagan sean indefinidos. ¿Qué provoca esto? Que muchísimas empresas no contraten tanto, como sí podrían hacer en otros años, a través de los contratos temporales. Entonces, hay muchísimas personas a las que les viene bien en estas épocas del año, por ejemplo, o entrando en otoño, tener un contrato temporal. Pero claro, las empresas, si lo hacen, luego tienen un problema con el Ministerio de Trabajo. Por lo tanto, si una empresa necesitaría contratar a diez personas temporalmente, no lo puede hacer. Ergo, tienen que contratar a tres indefinidos o, a lo sumo, tres indefinidos y dos temporales. Con lo cual, esto es un problema para estas épocas del año", explica Caneiro.

"En segundo lugar, otro de los motivos es la inflación. Estamos actualmente en el 6,2% subyacente (tres décimas más que el anterior mes) y, por lo tanto, al verse tal incremento del IPC, la gente gasta menos y, al gastar menos, la facturación de las empresas se ve parcialmente dañada teniendo esto su impacto en la mano de obra que contratan los pequeños y medianos empresarios", subraya.

"Y, en tercer lugar, el crecimiento económico de España también está ralentizado. No estamos creciendo económicamente y,por tanto, no hay expansión económica del país ni de las empresas. A su vez, la inflación no se contiene. Por tanto, el ciclo de consumo se cae porque la gente consume menos dado los precios y, consecuentemente, al no entrar en fase de expansión y la gente consumir menos, las empresas no están teniendo en cuenta futuras contrataciones. Y si a esto le sumas que se penalizan contratos temporales, el empleo lógicamente tiende a ralentizarse", sentencia.

El impacto directo en las familias

No sólo se está hablando de grandes datos económicos. La macroeconomía también tiene su directo impacto en las familias, en los individuos.

Partiendo de la base de que "cada vez cuesta más leer los datos de empleo por la falta de desgrane de los fijos discontinuos", tal y como alerta el conocido economista Luis Garvía a ESdiario, "hay aspectos cíclicos, coyunturales y estructurales que hay que saber entender", advierte. "El paro en verano es cíclico con un adicional componente, en este caso, de recuperación tras superar la pandemia del coronavirus; si hablamos de crecimiento económico, éste va un poco por delante del empleo -primero crecemos y, posteriormente, contratamos- pero debemos introducir en el análisis una inflación que lo camufla todo", remarca. 

En este sentido, explica el economista, "pensando en el el crecimiento en otoño, la mayoría de las familias que hasta ahora estaban sufriendo, seguirán sufriendo pero cada vez un poco más". Y hay tres factores que provocarán ese escenario negativo: "Son la inflación, los tipos de interés y el aumento de la presión fiscal -impuestos- ante una política fiscal que amenaza con ser más expansiva ante el déficit que hay que atajar", subraya Luis Garvía.

Consecuentemente, concluye el director del máster de Riesgos Financieros en ICADE-Comillas, Luis Garvía, "la renta disponible de las familias caerá por el efecto combinados de esos tres factores, incidiendo fuertemente en las más vulnerables".