La política autoritaria, fanática y misógina de los talibanes, además, la guerra y los ataques aéreos aumentan aún más la inseguridad en el país. Han muerto miles de personas y las pérdidas materiales son incontables. El futuro de Afganistán plantea desafíos tanto para el gobierno como para la estabilidad, y se espera una participación significativa de la comunidad internacional.