| 03 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Qué pasa en TVE: sectarismo sin quejas

El programa Cachitos emitido en Nochevieja ha sido el último ejemplo de sectarismo en la televisión pública, que actúa como órgano propagandístico del Gobierno.

| ESdiario Editorial

La intromisión del Gobierno en las instituciones, empresas y organismos públicos es el pan nuestro de cada día, seña de identidad del 'sanchismo'. El listado va desde la fiscalía general al Tribunal Constitucional, pasando por el CIS, Correos, Indra, la Agencia EFE y, por supuesto, RTVE.

La radio y la tele públicas han sido siempre instrumentos controlados desde el poder como elementos de propaganda o, al menos, como altavoces con un sesgo favorable al que gobierna. Sin embargo, pocas veces se han visto tan contaminadas políticamente como ahora, con la diferencia de que cuando gobierna la izquierda no hay quejas, no hay viernes negros ni consejos de redacción soliviantados.

Así se consiente e incluso se aplaude la emisión en Nochevieja en TVE del programa 'Cachitos', un espacio musical famoso por sus comentarios irónicos, críticos o humorísticos sobre la actualidad política y social.

El problema es que esas críticas en esta ocasión fueron todas en el mismo sentido: contra la oposición y contra todos los que critican al Gobierno o a favor de los postulados de la izquierda.

 

 Así se leyeron mensajes tan lamentables como este: “Este tema se escribió con cartas de mujeres con cáncer de mama. Si te ha tocado este año, lo de la amnistía igual lo relativizas”. Ante las quejas, la defensora del espectador, la periodista María Escario, ha contestado que “el rótulo fue supervisado y aprobado por una paciente de cáncer de mama, a quien en ningún momento le pareció ofensivo o tendencioso”.

 No fue una excepción sino la tónica dominante en ese programa. Así, por ejemplo, otros mensajes atacaban a los que se oponen a la ley de amnistía, como el que afirmaba que “a Henry, como a los ultras de las protestas contra la amnistía, le gusta estar cara al sol”.

Lo cierto es que deberían rodar cabezas, probablemente la primera la de José Pablo López, director de Contenidos Generales de RTVE. La realidad es que no ha sucedido nada. Ni una queja interna, ni una depuración de responsabilidades. La razón es que Cachitos hizo lo que se esperaba, lo que se pretendía: propaganda gubernamental sin disimulo.

 

Ese programa ha sido un ejemplo más de una TVE tendenciosa que da por bueno un falso bombardeo israelí a un hospital en Gaza o las cifras de fallecidos que ofrece Hamás y pone en duda las afirmaciones del Gobierno de Israel. La misma Radio Nacional que retransmite en directo el funeral por el número dos de Hamás, un abyecto terrorista que recibe el trato de un estadista. La misma tele pública que veta opiniones demasiado críticas en sus tertulias políticas y permite que sus presentadores estrella opinen sin reparos, siempre a favor de las tesis gubernamentales.

Esa es la realidad de RTVE sin que (casi) nadie se escandalice ni una décima parte de lo que se escandalizaba cuando era el gobierno de Rajoy el que controlaba la tele y la radio públicas. Parece ser que la manipulación es buena si el que manipula es el Gobierno de izquierdas.