En el contexto de lo sucedido en Melilla y Mojácar con este sistema de votación mosquean las palabras del presidente del Gobierno y de Salvador Illa hace un par de años.
La región capitalina se ha convertido en la locomotora de nuestro país y demuestra que con menos impuestos, menos trabas burocráticas y más apoyo a la libre iniciativa es posible lograr un crecimiento sostenible.
Con nuestro voto debemos volver a la convivencia cordial que caracterizaba nuestro sistema democrático, abandonando las políticas de odio y enfrentamiento cada vez más comunes y asfixiantes.
El presidente del Gobierno ha puesto en marcha una operación de ingeniería electoral para sostener a Podemos en aquellas Comunidades donde los necesitan para impedir el vuelco a la derecha el 28 de mayo.