| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Presidente, ¿por qué miente con su tesis?

Más grave aún que el plagio de su tesis es la mentira que ha utilizado, desde Moncloa, para concederse una coartada. Sánchez debe responder con urgencia a varias preguntas.

| EDITORIAL Editorial

 

 

El presidente del Gobierno lleva meses escondiendo su tesis doctoral, objeto de algo más que una sospecha de plagio: las pruebas publicadas por varios medios de comunicación -Abc, Okdiario o El Mundo- contra los que anunció acciones legales que nunca inició son, simplemente, incontestables.

No existe ninguna duda de que el trabajo con el que Pedro Sánchez logró la habilitación para ser doctor y poder desarrollar con ello una carrera universitaria de enjundia está plagado de copias, esfuerzos ajenos y ayudas de terceros, en un nivel incompatible con la vida académica y, desde luego, con la pública.

Más grave aún que el plagio es la mentira que Sánchez ha utilizado, con recursos institucionales, para darse una coartada

Y de que el propio Sánchez es consciente de ello da cuenta la estrategia que adoptó para huir del incendio: desmentir el plagio, que era visible, dando jerarquía institucional a través de La Moncloa de un supuesto que estudio que certificaba la idoneidad de su tesis.

Es decir, el presidente que llegó al puesto apelando a la regeneración, respondió a las revelaciones periodísticas documentadas utilizando las instituciones para darle la máxima jerarquía y autoridad a un supuesto test antiplagio que, como destapó ESdiario, La Moncloa nunca encargó ni posee.

 

En sí misma, esa mentira ya incontestable y reconocida oficialmente, es de una gravedad incompatible con el ejercicio del máximo poder ejecutivo de España, especialmente en el caso de un dirigente político que justificó su acceso a la presidencia apelando a la indecencia de su rival, Mariano Rajoy: si a éste se le relevó por un testimonio que a un juez le pareció poco creíble, ¿qué tendría que pasar con alguien que mintió o hizo mentir a La Moncloa utilizando sus canales institucionales para proyectar una falacia?

 

 

Tan grave o más que el propio plagio es la mentira que la rodea, agravada por una nueva revelación de este periódico que evidencia cómo, tras ser sorprendido manipulando a la opinión pública, la nueva huida hacia adelante ha consistido en intentar conferir categoría de "asunto privado" a un escándalo que no lo es ni por la categoría institucional del afectado ni por el empleo de las propias instituciones para taparlo.

 

Que La Moncloa difundiera una coartada y que ahora se sepa que ni siquiera llegó a conocer lo que sin embargo propagó a los cuatro vientos es un escándalo insoportable que en un país normal provocaría la misma reacción reprobatoria que hace meses, por bastante menos, recibió el predecesor de Sánchez.

Porque el presidente no puede sortear este episodio ni apelando a su privacidad ni, desde luego, a un supuesto estudio antiplagio que o bien no existe o no lo hizo La Moncloa ni se sabe quién lo encargó y por qué lo pudo utilizar Sánchez de tan espuria manera. ¿Existe de verdad ese estudio, presidente? ¿Quién lo encargó y pagó? ¿Por qué implicó a las instituciones en su difusión? Y sobre todo, señor Sánchez, ¿por qué no lo enseña? Son respuestas que urge ofrecer a la opinión pública, señor presidente.