| 06 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Cuando la seguridad tiene mucha cara

Entrar o salir a Estados Unidos incluye pasar por un escáner de reconocimiento facial que no funciona del todo bien: en uno de cada 25 casos hace una identificación errónea de la persona.

| ESD Opinión

Costó mil millones, alentó un intenso debate sobre los límites de la seguridad, puso en cuestión la privacidad... y además no funciona correctamente, por la cara.  Y es que uno de cada 25 pasajeros son identificados erróneamente mediante el sistema de reconocimiento facial implantado por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos en nueve de sus aeropuertos, según recoge un informe de la Universidad de Georgetown (Washington DC) recogido por Portaltic.

Sólo en el aeropuerto John F. Kennedy (JFK), de Nueva York, en el que se han fijado los investigadores para su informe, cada día 1.632 pasajeros se enfrentan a ser retrasados de forma errónea o a que se les impida el acceso a la zona de embarque por los fallos del sistema de reconocimiento facial, que identifica de forma errónea a una persona de cada 25 aun usando credenciales válidas, según datos propios del DHS citados en el informe.

 

 

Si se cumplen los planes previstos por el Departamento de Seguridad Nacional, todos los viajeros que viajen al extranjero, tanto residentes en Estados Unidos como foráneos, serán sometidos a un escáner de reconocimiento facial.

Según la investigación, este sistema biométrico se encuentra instalado en nueve aeropuertos del país (Atlanta, Chicago, Las Vegas, Miami, Nueva York, Houston y Washington DC) y ha supuesto un coste aproximado de mil millones de dólares. Lo que hace es comparar el rostro escaneado con la base de datos del DHS para evitar suplantaciones.

¿Es legal?

Los responsables del informe entienden, como explica en el informe, que este programa no cumple con la legislación vigente y que, de hecho, carece de un marco legislativo que lo regule. Según lo establecido en los estatutos del Congreso de EEUU, sin una autorización explícita, el Departamento de Seguridad Nacional no puede escanear los rostros de los estadounidenses cuando se dirigen al extranjero. El informe cuestiona, además, los problemas que plantea en la privacidad de las personas un sistema que se entienden como invasivo.