| 03 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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La caótica sopa de siglas que se dispone a gobernar España sin creer en ella

Hasta 35 siglas distintas, muchas de ellas antisistema o independentistas, componen las fuerzas que apoyan a Sánchez con más diputados que los del propio PSOE.

| Javier Rodríguez Opinión

Lo llaman 'Gobierno Frankenstein' por la miríada de extremidades y órganos que componen un cuerpo cosido a retales. Y no ls falta razón. Hasta 35 siglas distintas conforman la sopa ideológica que da sustento a Pedro Sánchez, el probable séptimo presidente de la democracia y el único que no ha ganado nunca las Elecciones e intenta dirigir España en esas condiciones. Ésta es la radiografía de ello.

 

Menos diputados que sus 'socios'

 

Sánchez tiene 53 diputados menos que el PP, la mayor diferencia habida entre el ganador de unas elecciones y el segundo clasificado. Utilizando un símil futbolístico, lo del líder del PSOE es como si el campeón de la Liga fuera el Levante, en lugar del Barça, al juntar aquel sus puntos con los de diez equipos.

 

 

Aritméticamente, otro dato refleja la insólita situación: Sánchez no sólo estará en minoría en el Congreso, también en su propia 'coalición': sus 'socios' juntan más diputados que su propio grupo parlamentario, otra situación inédita en democracia. Los 85 escaños propios, sumando el de Nueva Canaria, contrastan con los 95 que suman los partidos que han secundado su moción de censura.

 

La Moncloa tiene 35 'dueños'

 

Sánchez quiere gobernar solo, pese a las sugerencias de Podemos de hacerlo en coalición, pero la compañía que tendrá será abrumadora. Hasta 35 siglas distintas forman parte de las coaliciones que le han apoyado en su acceso a La Moncloa.  Podemos, Unidad Popular o Compromís no son partidos al uso, sino la marca que reúne a un popurrí de siglas distintas que ahora se sentirán propietarias de una porción de La Moncloa, con alguna razón.

Sólo En Marea, el Podemos gallego, hay hasta siete partidos o movimientos distintos. Compromís reúne a tres y Unidad Popular, vinculada igualmente a la formación de Pablo Iglesias, alcanza la decena. La cifra podría subir aún más si se incluyeran las distintas sensibilidades que conforman ERC, Eh Bildu  o incluso el PdeCat.

 

 

El batido ideológico también es notable. La presidencia ha dependido de un partido de derechas y muy religioso, como el PNV, de similar corte al que en tiempos fue Convergencia, germen inspirador de PdeCat. Además, hay partidos independentistas como ERC y Bildu, otros antisistema y alguno más directamente comunista.

 

Medio PSOE, al margen

 

La dificultad de Sánchez también es interna. Aunque de puertas para afuera la unidad es aparente, hacia adentro las heridas sigue abiertas y su 'asalto' al Ejecutivo las mantendrá frescas y a la espera de una nueva oportunidad para exhibirse. Sánchez no ganó las Elecciones por dos veces en medio año y fracturó a su propio partido, convirtiéndose en el secretario general y candidato que menos apoyos ha logrado tanto entre la militancia cuanto entre los electores. Nada de ello le ha impedido hacerse con los mandos del partido y del Gobierno, pero refleja su endeblez estructural.

 

Donde dije digo...

 

Aceptar los presupuestos del PP tras considerarlos propios de una derecha austericida, es el penúltimo tirabuzón de Sánchez, que adapta su discurso a sus intereses en lugar de a sus principios. La hemeroteca está llena de ejemplos: hace sólo cuatro meses rechazó la posibilidad de poner una moción de censura que prosperara con los separatistas, y ahora ha pactado con ellos tras calificar de "Le Pen" al sustituto de Puigdemont en la Generalitat y defender incluso un 155 más duro.

 

 

Con el líder socialista, no hay forma de saber qué va a defender exactamente y por cuánto tiempo. No es nuevo: a Podemos le ha tildado de populismo venezolano o de socio preferente y le ha señalado como enemigo a batir cinco minutos antes de pactar con Iglesias gobiernos municipales, autonómicos y ahora el nacional.