Una reforma generacional de la Constitución Española

En 1793, los revolucionarios franceses dejaron por escrito en la Carta Magna que "un pueblo siempre tiene derecho de revisar, reformar y cambiar su Constitución. No puede una generación sujetar a sus leyes a las generaciones futuras". Del mismo modo, es conocida la opinión de Thomas Jefferson, tercer presidente de los EEUU y uno de los redactores de la Declaración de Independencia, de cuestionar la legitimidad de las leyes y defender el principio político del “consentimiento de los gobernados”.

En España, tras cuarenta años de Democracia constitucional, que hay que poner en valor y destacar como el periodo de mayor estabilidad y bienestar de la historia de nuestro país, es evidente la necesidad de actualizar los pactos de la Transición para dar respuesta a las nuevas realidades y retos de la sociedad española del siglo XXI, especialmente, por parte de las generaciones más jóvenes, que no pudimos votar la Constitución de 1978 (como el 65% de la población española actual).

Joves Socialistes presentamos hace poco la “Declaración de Altura”, una propuesta humilde, pero rigurosa, para llevar a cabo lo que llamamos una “reforma generacional” de la Constitución española, basada en tres ejes fundamentales: el reconocimiento de nuevos derechos y libertades, blindar el Estado Social y apostar por un nuevo modelo federal para España, como respuesta a la triple crisis económica, social y territorial de nuestro tiempo.

Realidades como el Estado de las Autonomías, sus sistemas de bienestar y estatutos propios. La integración del Estado español en la Unión Europea en 1986. Cuestiones como la sucesión (o revocación) de la Corona, revisar la utilidad del Senado como cámara territorial y mejora de la financiación autonómica. Reconocer el matrimonio igualitario, los derechos LGTBI, así como otros derechos civiles y sociales pendientes, son algunas de las cuestiones que conviene debatir, consensuar e introducir en el texto constitucional.

Y todo ello, además, desde una óptica valencianista, es decir, apostando por una vía federalista que reconozca la diversidad cultural de nuestro país, a la vez que respete y defienda la igualdad de oportunidades de la ciudadanía, como una fórmula útil para reconstruir la confianza e ilusión en un proyecto común de convivencia entre los diferentes pueblos e ideas de España, inclusivo, solidario y dialogante.

La Constitución del 78 fue fruto de un esfuerzo extraordinario y un éxito histórico para toda una generación, por ello, renovar, actualizar y ponerla al día no puede demorarse, un reto apasionante que Joves Socialistes estamos en disposición de asumir y la mejor manera de que las nuevas generaciones se sienten protagonistas de un nuevo acuerdo constitucional.

*Secretario de Comunicación Joves Socialistes