| 06 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Educación emocional en las aulas

Es importante crear un estado de calma y reflexión que guíe a los alumnos hacia la aventura de aprender, a la vez que fomentamos su desarrollo personal, emocional y su espíritu creativo

| Artemio Almonacid * Edición Valencia

La importancia de la educación emocional en las aulas ha favorecido la incorporación de nuevas técnicas educativas en el mundo educativo. Uno de los ejemplos más recientes es el fenómeno denominado Mindfulness, que consiste en que los alumnos adquieran un estado de consciencia y calma que les ayude a autorregular su comportamiento y a conocerse mejor, además de crear un ambiente propicio para el aprendizaje.


Cada día resulta más difícil para los niños y jóvenes conectar con ellos mismos, debido al aumento de distracciones que se producen en su entorno. Esta desconexión se traduce en la falta de personalidad a la hora de tomar decisiones. En definitiva, un cúmulo de situaciones que hace más difícil asimilar las materias que se imparten en las aulas.


Lo que se persigue con la práctica del Mindfulness es establecer un estado mental atento y presente. Impulsar las fortalezas personales, de forma que nos va aportar beneficios dentro del aula, tanto para los alumnos como para los profesores. Los alumnos mejoran en el aspecto académico y emocional, mientras que el profesorado cosecha el clima que se genera en el entorno educativo. De hecho, se ha demostrado que la práctica del Mindfulness ha reducido el estrés de los docentes y, en consecuencia, las bajas por enfermedad médica, depresión, ansiedad o el Burnout (síndrome del quemado, aplicado al entrono laboral motivado por múltiples factores…).


La aplicación de esta técnica dota a los docentes de herramientas que les permiten afrontar y solventar situaciones problemáticas. Esto se traducirá en la mejora de su calidad de vida, y en la relación con los alumnos, desembocando en un clímax educativo ideal para el aprendizaje.
En este sentido, se han comprobado ciertos beneficios en los profesores, como la mejora del enfoque atencional, el aumento de la receptividad ante las necesidades de los alumnos, la reducción del estrés favoreciendo la buena salud de las relaciones personales en el trabajo lo que lleva a mejorar el clima del aula, el bienestar general y la autoestima.


Con respecto al alumno, los estudios realizados confirman que la capacidad de reflexionar sobre el propio mundo interior, y sobre las propias emociones y pensamientos con actitud de compasión hacia uno mismo aporta beneficios para su bienestar. Las mejoras son no sólo a nivel conductual sino también a nivel académico.


Algunos de los beneficios que se han comprobado en los alumnos son: mejora del rendimiento académico, de la memoria, concentración de la creatividad y del autoconcepto, optimizando la participación en el aula. Reducción de la agresividad, a la vez que se fomenta las relaciones interpersonales, potenciando la empatía y comprensión hacia los demás.


Como conclusión, podemos afirmar que la aplicación de nuevas técnicas en el aula, encaminadas a mejorar el ambiente educativo y laboral, siempre es aconsejable, ya que los resultados siempre serán positivos, tanto a nivel educativo como laboral, contribuyendo a alcanzar el objetivo del docente que es conseguir una sociedad si cabe, cada día mejor.

 

*Presidente educación sindicato CSIF Comunidad Valenciana