El terremoto de Andalucía agota la legislatura y deja a Sánchez en la cuneta
Por mucho que el líder socialista mire para otro lado, la mayoría absoluta de Moreno entierra su errático proyecto e impone un cambio urgente en España con otro Gobierno.
Juanma Moreno ha logrado una mayoría absoluta histórica sin precedentes en Andalucía y con muy pocos ejemplos similares en España en los últimos años: salvo Feijóo en Galicia, Page en Castilla La Mancha y Fernández Vara en Extremadura; nadie consigue mayorías absolutas en Elecciones Autonómicas o Generales en España prácticamente desde 2015, cuando comenzó la fragmentación de los bloques tradicionales de izquierda y centroderecha en una pléyade de formaciones.
Moreno ha logrado la mayoría absoluta venciendo en las ocho provincias y con una oferta electoral que aún mantenía hasta tres partidos políticos distintos en la misma franja ideológica, lo que en el pasado dañó gravemente la asignación de escaños a todos ellos y benefició al PSOE.
Y la ha logrado además en Andalucía, creciendo en 32 diputados en el mayor granero del PSOE desde 1978, con la rival más fuerte en su caladero electoral (Macarena Olona, de VOX) y un Gobierno de España de su máximo contrincante, el PSOE.
En ese contexto, el PP ha sacado 21 diputados más que la suma de los tres partidos de izquierdas; 44 más que VOX y casi ha duplicado al PSOE: un auténtico terremoto político en Andalucía cuya onda expansiva alcanza a toda España y tendrá consecuencias políticas de envergadura y duraderas.
Porque un resultado así supone una enmienda a la totalidad de Pedro Sánchez; frena en seco a VOX e incluso minimiza la alternativa de izquierdas al PSOE, hiriendo seriamente el proyecto de Yolanda Díaz, que en su versión andaluza (Por Andalucía) ha cosechado un fracaso notable con apenas 5 escaños que pone en solfa su crecimiento nacional y estimulará más tensiones aún en el flanco radical de la izquierda española.
La pregunta que cabe hacerse ahora es si tiene sentido agotar la legislatura o si, por el contrario, el reloj de un adelanto electoral se ha puesto en marcha y será difícil ya pararlo
La victoria de Moreno lanza sin duda la candidatura de Alberto Núñez Feijóo, dinamita las opciones de Pedro Sánchez, convierte en un calvario lo que quede de legislatura hasta las Elecciones Generales (a lo sumo noviembre de 2023 o enero de 2024), elimina definitivamente a Ciudadanos del tablero electoral, detiene en seco a VOX y es una bomba de relojería para el conjunto de la izquierda.
Esto último es relevante: las disputas entre el PSOE, Podemos y la Plataforma “Sumar” van a ser sin duda muy intensas. E incluso es probable un distanciamiento progresivo entre Sánchez y sus barones, que se enfrentan a Elecciones Autonómicas en la primavera de 2023 y han podido comprobar el alto coste regional que tiene aparecer como meros delegados de Sánchez.
Un Gobierno KO
Los andaluces han castigado, sin duda, la política de enfrentamiento de Sánchez, su horrible balance económico y sus alianzas con partidos antisistema. Y han premiado una política basada en la moderación y la gestión, sin aventuras ideológicas ni económicas que elevan la crispación y fracasan en resultados. Es quizá el primer paso importante en la tarea de frenar al populismo, de cualquier signo, en un momento donde crece en toda Europa.
La pregunta que cabe hacerse ahora es si tiene sentido agotar la legislatura o si, por el contrario, el reloj de un adelanto electoral se ha puesto en marcha y será difícil ya pararlo. Por mucho que Sánchez, que ha hecho de su llegada al poder un fin y no un medio, se resista a ello con su habitual negligencia.