Herrera pone el mote definitivo a Sánchez e Iglesias gracias a Joaquín Prat
El locutor encuentra dos comparaciones terribles para el presidente y su vicepresidente inspiradas en uno de los periodistas más recordados.
Seguramente Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han tenido que escuchar casi de todo desde que saltaron a la primera línea política. Pero les faltaba un "apodo" que el locutor Carlos Herrera les ha adjudicado este miércoles, en uno de sus monólogos, para describir el "numerito" que montaron en la víspera para presentar los Presupuestos Generales.
"Parecían las azafatas del Precio Justo, tan cuquis", dijo el periodista de Cope recordando el famosísimo concurso presentado por Joaquín Prat, célebre y añorado padre del presentador de Cuatro al Día del mismo nombre, en los años 90, fallecido ya tras una larga carrera en radio y televisión que le llevó a presentar incluso el "Hoy por Hoy" de la Cadena Ser a tres voces junto a Iñaki Gabilondo y Pepe Domingo Castaño.
"Son como Batman y Robin" de lo social, insistió en las comparaciones cómicas antes de demoler con datos las cuentas públicas previstas para este ejercicio, las primeras de Sánchez en dos legislaturas.
"Elevan el gasto público hasta los 239.000 millones cuando la recaudación fiscal en los últimos años, por todos los tributos, ha estado entre 27.000 y 31.000 millones por debajo de esa cifra. A eso hay que añadirle el más que previsible hundimiento de los ingresos fiscales de 2020. Solo entre abril y julio, la recaudación se desplomó un 16%. Y subiendo", detalló con cifras en la mano.
Y prosiguió su pedagógica explicación, repleta de presagios ruinosos: "Los ingresos del Estado proceden en su mayoría del IPRF, del IVA y del Impuesto de Sociedades. Y los tres están a la baja por el hundimiento del empleo; del consumo y de 100.000 empresas".
Según Herrera, "el truco del Gobierno es subir los impuestos, en contra de toda Europa. Y además, probablemente, dedicar a “gasto corriente” parte de los 170.000 millones préstamos de Europa", denunció. Antes de llegar a una conclusión desasosegante: "La deuda de hoy es pobreza mañana".