Sánchez se reúne con el Papa tras años de hostigamiento a la Iglesia en España
El presidente ha acudido al Vaticano con la mochila llena de ataques a la religión, uno de los grandes comodines ideológicos del Gobierno para generar tensión política.
Pedro Sánchez ha viajado a primera hora de este sábado a Roma y está ya reunido con el Papa, un encuentro extraño en un dirigente que ha hecho de los ataques a la Iglesias uno de sus principales "comodines ideológicos", con la escuela concertada en la diana y la exclusión de la Religión en la enseñanza pública evaluable por bandera.
Moncloa lo anunció por sorpresa el pasado domingo, asegurando que repasarían la situación internacional y los problemas provocados por la pandemia, pero hay quien piensa que este encuentro va más allá de la mera cortesía, sino que tiene un objetivo mayor.
Ha sido la asociación Europa Laica, la que ha asegurado que "la próxima visita, sorpresivamente anunciada, del presidente del Gobierno al Papa en el Vaticano se realiza en el marco de las negociaciones en el más absoluto secretismo sobre su contenido que se vienen teniendo entre el Gobierno y la jerarquía católica", según la Asociación, que parece no tener en cuenta que, en realidad, el Gobierno ha lanzado una ofensiva contra la educación concertada y la religión en las aulas.
A su juicio, con esta visita al Papa Francisco, el presidente del Gobierno "pretende legitimar su imagen y la estabilidad gubernamental, al igual que la hacen muchos otros mandatarios con la bendición y ungimiento que reciben de los líderes religiosos".
Además, considera que el motivo de esta visita "viene impuesto por el momento legislativo y político, donde la Iglesia tiene un especial interés en condicionar temas como "la asignatura de Religión, los educativos, la ley de eutanasia, la reforma de la ley del aborto, el IRPF o las inmatriculaciones".
Acercar posturas
Pero lo cierto es que la posición del Papa es de sobra conocida en alguna de estas cuestiones, como la eutanasia o el aborto, una práctica definida por Francisco como "abominable", por lo que es probable que no se trate más que de una maniobra publicitaria de las habituales en Moncloa.
De hecho, hasta el día de hoy, siempre había sido la vicepresidenta Carmen Calvo la encargada de entrevistarse con el Papa, pero ahora quiere ser Sánchez el que acerque posturas con el Vaticano, para congraciarse con parte del electorado que vio cómo la ausencia del presidente en celebraciones religiosas, como el funeral por las víctimas del coronavirus, suponía una afrenta más a la Iglesia, que ahora tendrá que enfrentarse a un 'otoño caliente' con la tramitación de las normas más radicales del Gobierno de coalición, para las que Sánchez busca una 'bendición' improbable.
Por ello, un centenar de personalidades del ámbito católico y una treintena de organizaciones han dirigido una carta urgente al Papa Francisco con motivo de su audiencia al Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la que le transmiten su "preocupación" por las políticas que ha planteado el Ejecutivo español, como las relativas a la eutanasia, la educación o la reforma de la ley del aborto.
Los firmantes de la carta entienden que dichas políticas "chocan frontalmente con la concepción cristiana y el Magisterio de la Iglesia" y temen que, debido al "dominio de los medios de comunicación que posee el Gobierno" se pueda presentar un "resultado de la audiencia en unos términos que, por no responder a la realidad", lo que podría "provocar confusión en el conjunto de los ciudadanos y, en especial entre los católicos".
En la carta, los firmantes, entre los que se encuentran el exministro, Jaime Mayor Oreja o María San Gil, ex-presidenta del Partido Popular en el País Vasco, piden que "sea la voz de la Iglesia la que informe de este encuentro".