Pepe Navarro planta cara a Ivonne Reyes con las pruebas definitivas
El presentador se habría sometido a unas pruebas de ADN que determinarían que no es el padre del hijo de la presentadora venezolana.
Pepe Navarro ha roto su silencio en el momento más insospechado. Inoportuno para algunos, para otros certero y valiente en los tiempos dolorosos e injustos que afronta Ivonne Reyes. Pepe ha declarado que, pese a la sentencia -a la que, por cierto, tuve acceso en exclusiva- en la que se le adjudica la paternidad de Alejandro "no soy el padre. Siempre lo he sabido. No hay ninguna prueba que pueda demostrar que lo soy".
Pero quizás sí al contrario. Me explican que el presentador tendría las garantías suficientes para demostrar, de una vez por todas, que no es el padre del hijo de Ivonne. Se trataría de pruebas que, tras su cotejo, determinarían la incompatibilidad genética. A pesar de los resultados obtenidos y, dado que el proceso judicial sería largo y tedioso, Navarro ha preferido no reabrir el caso para esperar a que el adolescente cumpla la mayoría de edad. La revista Lecturas publica esta semana que el presentador se ha hecho las pruebas de paternidad en secreto.
A este medio le consta que a finales de 2015 Pepe e Ivonne mantuvieron acaloradas conversaciones mediante correos electrónicos en las que el primero instaba a la segunda a permitirle hacerse las pruebas de paternidad. La venezolana no aceptó la proposición, esgrimiendo que la justicia había determinado que sí era el padre de Alejandro. Además, en una de las misivas, Reyes reconocía abiertamente la existencia de otro hombre que también quería someterse a las mismas pruebas genéticas.
Desde entonces, Ivonne ha intentado, en más de una ocasión, evitar que el interés de Pepe en aclarar su dolorosa realidad saliera a la luz. Pretendía no remover las aguas turbulentas para, dice, proteger a un menor que ella misma situó en primera línea de fuego. Porque Navarro no sólo ha pasado religiosamente la manutención al menor, sino que ha permitido que mantenga relación habitual con el resto de sus vástagos.
No es tan fiero el león como lo pintan, a pesar de que Pepe sigue realmente dolido por lo que, considera, fue una trampa mediática de la que no pudo, ni quiso salir. Quizás el exceso de soberbia le impidió afrontar de forma racional el escándalo, que acabó salpicándole de forma innegable. Pero él prefirió no mostrar signos de debilidad, aún sabiendo que su contumacia y rebeldía iban a terminar al reconocimiento de una paternidad siempre puesta en duda. Y es que aunque Navarro sostiene que mantuvo una relación sentimental con la venezolana, en ningún caso se pudo quedar embarazada. Aun así, lo que la justicia ha determinado es lo que es innegable.