¿Cómo no va a haber hispanofobia en Estados Unidos si la hay primero en España?
La ola antiespañola que recorre Estados Unidos apenas tiene respuesta del Gobierno de España: quizá porque la mitad de él está de acuerdo con denigrar la historia propia.
Llevamos ya varios días viendo cómo una minoría la ha emprendido en Estados Unidos contras las estatuas de Colón, Cervantes o Fray Junípero Serra, demostrando que hay brutos en todos los idiomas, todas las nacionalidades y todas las razas.
Ya me dirán qué tiene que ver Cervantes con el Descubrimiento, incluso en el caso de los cenutrios que piensan que aquella gesta de la humanidad el comienzo de un holocausto. Que hay que ser inculto.
Cervantes, por cierto, estuvo cinco años preso en Argel y, para que vean la diferencia, lo que España ha hecho allí es abrir una sede del Instituto Cervantes e intentar, sin demasiado éxito, conservar y exhibir la cueva infame donde sufrió un lustro de cautiverio hasta que pudo escapar.
El caso es que, como la tontería es contagiosa, ha rebrotado en España: la concejala podemita de Feminismo y LGTBI del Ayuntamiento de Palma de Mallorca ha pedido, también, que se retire la estatua de Fray Junípero existente en la capital. Eso sí, ha aclarado que quiere que se haga “pacíficamente”. Pero no descarten que lo haga ella misma a cabezazos.
Fray Junípero Serra fue un franciscano que en el siglo XVIII viajó a las misiones españolas en California, tras la expulsión de los jesuitas ordenada por Carlos III. Y fíjense qué cosas tan terribles hizo: enseñó a cultivar la tierra a los indígenas y a vestirse con ropa en lugar de con pieles de animales; les ayudó a convertirse en propietarios de sus propias siembras y les instruyó en la albañilería para que pudieran construirse sus casas.
Las misiones no eran invasivas: los españoles se asentaban, y eran los nativos quienes se acercaban y, con el tiempo, decidían instalarse en ellas. Pero Fray Junípero, como Colón o Cervantes, era blanco y europeo. Suficiente para que unos cuantos tontos les tilden de racistas y, cuando descubran que además eran hombres, también de machistas. Al tiempo.
También desde el Gobierno
Que haya tarados que convierten causas tan nobles como la igualdad en una excusa para el vandalismo, es una pena. Pero que en España haya un solo bobo con cargo público y un Gobierno que se calla porque Podemos está de acuerdo con toda esta burricie y cree también que el 12-O es una fiesta genocida, es un enorme problema.
Y en el caso que nos ocupa se resume fácilmente: ¿Cómo no va a prender la hispanofobia por esos mundos de Dios si la hay en la propia España? Entre el que calla, Pedro Sánchez, y el que otorga, Pablo Iglesias, la Marca España empieza a sufrir el deterioro típico del perro flaco y las pulgas.