Todos los caminos llevan a Santiago
Galicia estrena este verano el Camino Marítimo Jacobeo en el que el peregrino recorre a vela las Rías Baixas como antaño lo hicieran los peregrinos que surcaban el mar camino de Santiago.
Si habitualmente decimos que “todos los caminos llevan a Roma” podríamos también gritar que “todos los caminos llevan a Santiago”. Ya desde el siglo XII, los peregrinos llegaban de todas partes a ofrecer su respeto al Santo y con ello ganar la indulgencia plenaria, y lo hacían andando, a caballo o por mar. Posteriormente se incluyó entre las opciones oficiales la realización del camino también en bicicleta.
Sin embargo, esta ruta marítima, que ya en el siglo XII fue una de las más transitadas en la peregrinación hacia la tumba del Apóstol, no se ha considerado válida para la adquisición oficial de la Compostela hasta hace relativamente poco con la incorporación del Camino marítimo Jacobeo.
El Camino marítimo de Santiago de la ría de Muros Noia ha sido incorporada al elenco de caminos de Santiago a finales de 2020, gracias al esmerado trabajo de investigación y documentación de la Asociación de Concellos del Camino de Santiago de la Ría de Muros Noia. Esta nueva ruta jacobea consiste en navegar desde Vigo a vela las Rías Baixas, de Vigo, Pontevedra, Arousa y Muros Noia y terminar a pie para llegar al Obradoiro, recorriendo los últimos 12 kilómetros del Camino Portugués, desde Bertamiráns. El track del camino se puede descargar en www.riademurosnoia.com
El Cabildo de la Catedral de Santiago marca como requisitos para la obtención de la Compostela el recorrido de al menos 100 kilómetros a pie o 200 en bicicleta. Ahora, se ha incorporado a las opciones en el pasaporte del peregrino el icono de barco de vela, fijando como requisito la navegación a vela de al menos 90 millas náuticas y el recorrido a pie durante como mínimo los últimos 10 km de cualquier otro Camino Oficial.
En la travesía marítima pueden visitarse emblemáticos lugares, islas y puertos como las Cíes, Aldán, Ons, Combarro, San Vicente do Mar, O Grove, Pobra do Caramiñal, San Franscisco, Sálvora, Porto do Son, Portosín, Muros y Noia, entre otros.
En este camino se consigue una mezcla muy especial de experiencias duras pero gratificantes, tanto en mar como en tierra, aderezada siempre por el cariño de los gallegos que llevan en su ADN el cuidado al peregrino.
La ruta marítima se puede hacer en velero propio o contratando servicios de charter de operadoras como Sailway situada en el Real Club Náutico de Vigo, que se encarga de todo. En este caso, el peregrino no necesita experiencia previa en navegación pues su equipo estará siempre atento a sus necesidades, especialmente en momentos de lluvia o fuerte viento en los que el velero puede llegar a escorarse más de lo que los profanos pensamos que pueda ser lo normal.
Proponemos además un posible recorrido al borde de la ría de unos 40 kilómetros que se podría hacer en coche o a pie durante varias jornadas, para disfrutar de un patrimonio marítimo e histórico de incalculable valor, comenzando en Muros, donde se pueden contratar una visita guiada con Auga e Sal (www.murosaugaesal.com) para conocer sus calles, monumentos e iglesias como el Santuario de la Virgen del Camino. El recorrido continuaría por Pozo do Chacón, Abelleira, Bornalle, Esteiro, Ponte Nafonso hasta llegar a Noia, donde encontraremos la Iglesia de San Martín, cuyo pórtico se asemeja tanto al de la Catedral de Santiago de Compostela que parece decirle al peregrino: “ya no te queda nada para llegar”. Siguiendo un poco más llegamos a uno de los hitos paisajísticos del Camino, Toxos Outos, donde encontraremos la Iglesia de San Xusto rodeada de ríos, cascadas y explosiva vegetación.
Galicia calidade
El peregrino puede ir repostando fuerzas, degustando la gastronomía gallega en restaurantes como Casa Rei en Chapela con su empanada de xoubas (sardinillas) y su sabroso arroz negro, la Central en Vigo cuyas zamburiñas son exquisitas, el restaurante del camping de las Islas Cíes para saborear pescado fresco en un marco incomparable, el restaurante Amuradana en Muros, en el que destaca el rabo de toro, Casa do Tella e Rosalía en Portosín, cuya cocina de autor merece especial mención, el pintoresco estanco Urdilde transformado en tienda gourmet para el peregrino y Casa Abelleira en Bertamiráns que ofrece desde hace varias generaciones sus famosos chicarrones, entre otros.
En las iglesias, en todos estos restaurantes y en el club náutico de cada uno de los puertos se puede ir sellando el pasaporte del peregrino, como prueba del recorrido para obtener la Compostela, una acreditación ganada y merecida después de surcar a toda vela las rías como, desde el siglo XII, hicieran miles de peregrinos camino de Santiago.