La melodramática denuncia de la pareja de Podemos por un supuesto ataque en Asturias del que no hay imágenes genera un torrente de crueles ironías y críticas.
No parece que haya resultado muy creíble el "drama" denunciado por Podemos según el cual Pablo Iglesias e Irene Montero son presa, vayan donde vayan, de una especie de jauría ultraderechista masiva que les persigue, acosa y pone en riesgo su vida cotidiana. Quizá la exageración es la peor manera de que una denuncia razonable prospere.
Especialmente cuando la pareja "presidencial" del partido morado medró, y hasta qué punto, impulsando y hasta participando en escraches individuales o masivos: los primeros a Cifuentes o Soraya; los segundos resumidos en aquella campaña de "Rodea el Congreso" que llenó de barricadas el entorno del Parlamento y produjo escenas dantescas incluso dentro de él.
Todo ello da para que la horrorosa frase "Coletas Rata" sea el TT del día, en referencia a la pintada supuestamente hecha en una carretera de Asturias con ese mensaje que les obligó a suspender sus vacaciones: si hubo algo más, no hay prueba alguna. Y si solo es una pintada, por repudiable que sea, las sufren y mucho peores sus rivales sin montar un numerito:
A Rajoy le pegaron un puñetazo, a los padres de Rivera les pintaron la tienda y los amenazaron, a Abascal le desean un tiro en la nuca y a Aznar le ponen un coche bomba con 80 kilos de amosal y tornillería
— Indio (@siouxpi) August 18, 2020
Por una pintada de "Coletas Rata" todos los progres llorando. Moñas pic.twitter.com/gmyj8bwgTt
La contradicción y el cinismo de Podemos, que eleva a categoría casi de "atentado" una protesta menor en Galapagar o un par de pintadas desagradables mientras minimiza hechos tan graves como la paliza a dos guardias civiles en Alsasua o llama "jarabe democrático" al acoso a otros dirigentes políticos; se plasma en otro acertado tuit de Convivencia Cívica Catalana, una de las entidades de la "resistencia" al independentismo de Puigdemont y compañía que más ha peleado por la igualdad en su tierra:
Los que agreden a agentes en Alsasua que tuvieron que ser operados para insertarles ocho tornillos y una placa de metal en las piernas son "chavales".
— Convivencia Cívica (@CCivicaCatalana) August 18, 2020
Los que hacen una pintada en la carretera de 'coletas rata' son "peligrosos fascistas".
No tienen vergüenza.
Y como suele pasar en estos casos, al final el humor con retranca se impone y, lejos de tomarse en serio la solemne denuncia de los Iglesias, Monedero, Errejón, Garzón y compañía; irrumpe el vacile más descarnado y socarrón, con este ejemplo por bandera:
Seguro que esto ya lo ha hecho alguien.
— Pedro Otamendi (@PedroOtamendi) August 18, 2020
COLETAS RATA... pic.twitter.com/RS24QxYaRj
Lo cierto es que, más allá de una pintada o una bandera, no hay constancia de escraches ni de acosos en Asturias a la pareja podemita. Y lo cierto, también, es que en su urbanización en Galapagar, solo protestan vecinos de la zona, a cien metros, con el entorno protegido por la Policía y con un juez que ha archivado la denuncia del líder de Podemos contra una manifestante porque allí solo ve a un señor ejerciendo su derecho a la protesta. Ése que ellos elevaron a la categoría máxima, sin límites ni recato.