Mazón y Bonig abordan la recuperación de Alicante tras la crisis de la Covid

El presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, y la portavoz del grupo gopular en Les Corts, Isabel Bonig, han analizado la situación y recuperación económica de la Comunitat y de la provincia de Alicante tras la crisis provocada por el coronavirus. El encuentro, celebrado en el Palacio Provincial, ha contado también con la presencia del diputado de Presidencia, Eduardo Dolón, y del portavoz del equipo de Gobierno, Adrián Ballester.

Tanto Mazón como Bonig han resaltado las medidas llevadas a cabo por la institución durante la epidemia, enfocadas a establecer un estricto protocolo de seguridad en centros, organismos y dependencias provinciales, tanto para los trabajadores como para el público, así como a incentivar la reactivación de los sectores productivos, con especial atención al turismo, como motor económico territorial.

Durante la sesión, que se ha prolongado durante algo más de una hora, ambos dirigentes han puesto sobre la mesa propuestas en el ámbito turístico, social, económico y sanitario que favorezcan el flujo financiero.

La Diputación de Alicante puso en marcha, desde el minuto uno en el que la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia de COVID-19 el pasado 11 de marzo, iniciativas para paliar sus efectos en la provincia. Entre ellas destaca la inyección de ayudas sociales por importe de 6 millones de euros para gasto social de los ayuntamientos o la concesión de créditos a interés 0% por importe de 11,1 millones de euros. Para autónomos, pymes, micropymes y profesionales liberales la institución provincial ha aportado otros seis millones, y medio millón inicial al programa autonómico de ayudas turísticas.

Además, desde el organismo Suma Gestión Tributaria también se han suspendido o aplazado el pago de tributos y ampliado la campaña de cobro sin recargo alguno y se han llevado a cabo reivindicaciones al Gobierno de España en la línea de prolongar los ERTES, por causa de fuerza mayor, y proponer un ‘verano fiscal’ para rebajar la presión impositiva en 2020.