| 14 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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¿Hubiera utilizado los test falsos el Gobierno de no denunciarlo China?

España tiene el 20% de los fallecidos en el mundo y el Gobierno que fue incapaz de adelantarse al drama sigue ahora actuando mal, tarde y con bochornos como éste.

| ESdiario Editorial

 

 

 

En continuidad con la errática, cuando no temeraria, gestión de la pandemia desde el Gobierno, acabamos de vivir un espectáculo esperpéntico que lo dice todo de la improvisación, la falta de previsión y la torpeza de las autoridades para responder, en tiempo y con altura, a la alerta que tiene paralizado a todo un país y ya se ha cobrado las vidas de más de 4.000 personas.

Una cifra que representa casi el 20% del total de los muertos en el mundo, lo que en sí mismo resulta escandaloso e indiciario de los errores en cadena que se han cometido en España y deberán ser analizados, explicados y sancionados en su momento: no puede ser que con el 0.6% de la población mundial se haya superado en víctimas a China. Y cuando llegue el momento, ese abrumador contraste reclamará la sanción oportuna.

Quizá se explique por episodio como el de los test falsos adquiridos, en una cantidad ínfima y con un retraso lamentable, a un proveedor no homologado que servía un producto ineficaz: apenas detecta el 30% de los positivos reales, según han tenido que confesar las autoridades sanitarias.

 

 

Es decir: España acumula fallecidos en una proporción desmedida en relación a su población y al ejemplo de otros países; además carece de recursos materiales tan esenciales como mascarillas, guantes, trajes y respiradores. Y por último, compra mal y tarde artículos defectuosos claves para detectar el virus y aislarlo.

Llueve sobre mojado

Si a eso se le añade la certeza, ya constatada, de que el Gobierno desoyó al menos tres avisos claros de especialistas internacionales y además potenció los riesgos permitiendo o impulsando concentraciones masivas en las calles; la conclusión no puede ser más indignante.

Porque además deja una pregunta en el aire. ¿Hubiera dejado de utilizar esos test el Gobierno de no haber sido denunciado todo por la embajada de China en España? Que no esté clara la respuesta, termina de retratar al Gobierno como un equipo en cuarentena de insolventes e incompetentes que no se merece ni el apoyo ni el consenso unánimes que le está brindando la sociedad española.