| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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La higiene es cuestión de género

¿Por qué se vende que la mujer tiene que estar limpia como si siempre estuviera sucia? Una reflexión sobre el uso del lenguaje en los mensajes publicitarios.

| Marisa Salagre Opinión

 

 

Ya nos lo decían en la Biblia, las mujeres  somos “sucias” o cuando menos impuras. Y casi todas las religiones han reforzado este punto.  Por ello me resulta paradójico que, al mismo tiempo, tradicionalmente hayamos sido las encargadas de mantener limpia la casa, la ropa y de bañar a todo el mundo, en tiempo, incluso de bañar a los invitados. Incluso entre nosotras mismas, no hace tanto tiempo que valorábamos a cualquier mujer en función del grado de limpieza de su casa, su familia y ella misma.

Nadie ha visto nunca a un mayordomo hacer otra cosa que pasar el plumero o limpiar la plata, pero siempre han sido doncellas las que se ponían a fregar el suelo con un cepillo. De hecho aún hoy contratas una “asistenta” para que te limpie la casa; un “asistente” es un secretario o secretaria. Una interesante cuestión para los/las defensores/defensoras de la igualdad

El paradigma de la impureza femenina. ¿Por qué los hombres no necesitan sentirse limpios?

Y ¿qué mayor humillación ha habido para un hombre que le equiparasen a una mujer? Si limpiaba en casa era un calzonazos; si cuidaba su aspecto personal, un mariquilla. En la mili, para los soldados, el castigo más humillante era fregar el suelo de los baños con un cepillo de dientes, como una fregona cualquiera. (He buscado en el Diccionario de la RAE y el término “fregón” o “fregono” no existe).

Los tiempos han ido cambiando en las formas. Ahora hay hombres que contribuyen al mantenimiento de la casa y bañan a los bebés. Pero el fondo del asunto sigue estando presente en cuanto encendemos la caja boba.

La 'impureza'

“Siéntete limpia todo el día” es uno de los eslóganes favoritos para vender todo tipo de artículos de higiene íntima femenina. Compresas finas diarias que absorben el olor, geles refrescantes,…. Y no entremos en la higiene durante ¡la menstruación! El paradigma de la impureza femenina. ¿Por qué los hombres no necesitan sentirse limpios?

 

 

Si es un anuncio de desodorante para mujeres, el foco principal son las horribles manchas de sudor que se vuelve amarillento bajo los brazos. Y eso es síntoma de falta de higiene. Los desodorantes para hombres se enfocan bien, en el sudor producido por el extremo ejercicio físico de un tipo cachas con una tableta mejor que las de chocolate, bien en el hecho de que  un desodorante corporal tiene como fin el colapso de las féminas que se aproximan lo bastante para olerlo. El desodorante masculino no es un artículo de higiene personal, es un arma de atracción.

En nuestros primeros años formativos, a las niñas nos inculcan la necesidad de utilizar el papel higiénico cada vez que hacemos un pipí. Llevar las bragas limpias es imperativo. No puedo hablar acerca de los protocolos que se enseñan a los niños (yo tengo niñas), pero no es infrecuente ver a hombres perfectamente trajeados con un redondel de humedad en los pantalones cuando vuelven del lavabo.

Esas 'bragas'

Me pregunto si en todos los países hay el mismo protocolo para niños. En una novela de Sue Townsend, “10 Downing Street”, se menciona la extraña manía de un Premier Británico de “cogérsela con papel higiénico”. A lo mejor de ahí es de dónde viene la expresión de “cogérsela con papel de fumar” y se ha perdido algo en la traducción…..

Me decía mi abuela que lo peor que le podía ocurrir a una mujer es que tuviera un percance en la calle y tuviera que verla un médico con las bragas sucias. Nunca mencionó nada de los calzoncillos de mis primos.

O sea, que en realidad, no ha cambiado nada: seguimos siendo sucias.