| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El gran paripé

| EDITORIAL Editorial

 

 

En un bucle infinito que tiene paralizada o alterada la estabilidad institucional de España desde las Generales de 2015, PSOE y Podemos han alargado la incertidumbre tras cinco largas horas de infructuoso diálogo que no servido para aclarar el calendario inminente pero parece abocar, por cuarta vez en un cuatrienio, a otras Elecciones Generales.

El desapego que ambos partidos están demostrando hacia los ciudadanos y los verdaderos problemas del país resulta tan evidente como extrañamente normalizado en una sociedad acostumbrada a un fenómeno en realidad inaceptable: la política, lejos de ser una solución, actúa como el instigador de casi todos los quebrantos.

En la función que representan Sánchez e Iglesias solo parece estar en juego quién de los dos es más responsable del adelanto electoral, y en esa línea hay que entender la celebración de encuentros artificiales donde se dirime más ese papel que se negocia un auténtico acuerdo.

La incertidumbre tras cinco largas horas de infructuoso diálogo que no servido para aclarar el calendario inminente pero parece abocar, por cuarta vez en un cuatrienio, a otras Elecciones Generales

Pero las responsabilidades no pueden ser las mismas cuando la situación y el punto de partida de que cada dirigente es distinto: Sánchez tiene la máxima, al ser el ganador de las Elecciones, y a él le compete encabezar el diálogo, buscar los socios y hacer todos los esfuerzos para lograr una investidura y el arranque de la legislatura.

Perpetuarse

Sorprende que el líder socialista hiciera eso cuando no le correspondía, en aquel 2016 en que pactó con Ciudadanos pese a su derrota electoral ante Rajoy; y que no lo haga ahora que tiene todo la legitimidad que le han conferido las urnas.

Ambos comportamientos son definitorios del personaje e indiciarios de su manera de ver la política, como un mero instrumento táctico destinado a lograr y obtener el poder, sin otro ánimo transformador que el necesario para perpetuarse él mismo.