| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Los agentes han desmantelado el laboratorio donde se producía la droga
Los agentes han desmantelado el laboratorio donde se producía la droga

Desarticulado un laboratorio de droga que producía 600 kg de cocaína al mes

Sofisticadas estancias se ocultaban entre accesos ocultos por granjas y talleres mecánicos y disponían de un meticuloso entramado empresarial para blanquear ingentes cantidades de dinero

| A. Maestre Edición Alicante

Agentes de la Policía Nacional de Alicante han desarticulado en Almoradí una organización criminal dedicada, presuntamente, a la producción y distribución de grandes cantidades de sustancias estupefacientes. En el operativo se ha desmantelado un laboratorio clandestino de procesamiento de clorhidrato de cocaína que se encontraba en pleno rendimiento, con una capacidad de producción de 600 kilos mensuales de esta droga. Un total de 30 personas han sido detenidas.

Las investigaciones comenzaron en el mes de enero de 2020, cuando los agentes tuvieron conocimiento de un importante desvío de sustancias químicas a la zona del Levante, cuyo destino final sería el laboratorio clandestino. Las gestiones iniciadas permitieron ubicar e identificar la organización, siendo el líder un individuo residente en la ciudad de Alicante, que contaba con antecedentes por tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas.

La organización se encontraba perfectamente estructurada y compartimentada. Tras conseguir la creación de la droga en los laboratorios, otra parte se encargaba de su distribución a los miembros encargados de realizar la venta a media y pequeña escala. De esta manera, en una primera fase se atacó la cadena de distribución mediante un dispositivo de vigilancia y seguimiento sobre uno de los vehículos de uno de los miembros principales de la organización, conducido por dos individuos encargados de la distribución.

Gran cantidad de productos químicos

La Policía pudo comprobar que la organización se estaba abasteciendo de una gran cantidad de productos químicos (precursores), así como de los materiales necesarios para poder establecer el laboratorio clandestino, ubicado en una nave de Almoradí. La envergadura de la nave permitía ubicar diferentes construcciones, todas ellas habilitadas de forma ilegal y dando falsa apariencia de taller mecánico, picadero de caballos y criadero de perros y pájaros.

En el centro de la nave apareció construida estratégicamente una vivienda ilegal habilitada como laboratorio clandestino, estando en todo momento custodiada por varias personas de la organización, que realizaban rondas constantes de vigilancia, así como un control de los vehículos y personas que transitaban por las inmediaciones.

Meticulosos accesos

En una de las paredes de la finca, utilizada para colgar monturas y demás utensilios de equitación, se ocultaba una puerta secreta que se accionaba mediante un mando de control remoto. Esta puerta daba acceso a un habitáculo que daba falsa apariencia de vestuario, donde los “químicos” se colocaban el material de protección necesario para acceder al laboratorio.

Posteriormente, en uno de los paneles del vestuario, y a través de otro mecanismo de seguridad, se libraba un pestillo que permitía abrir una puerta y acceder al laboratorio clandestino, el cual estaba en pleno proceso de producción en el momento de la entrada, interviniéndose unos 17 kilogramos de cocaína en diferentes estados de procesamiento. También se hallaron más de 3.000 litros de precursores químicos y sustancias sólidas destinadas a la extracción, adulteración de la pasta base de cocaína y posterior trasformación en clorhidrato de cocaína.

Entramado empresarial

La desarticulación del laboratorio clandestino sorprendió tanto por su sofisticación como por su capacidad de producción, encontrándose a pleno rendimiento y con capacidad para una elaboración mensual de 600 kilogramos. En uno de los registros domiciliarios se localizó enterrada en el suelo de un ring de gallos una bolsa que contenía pastillas de cocaína de 400 gramos de peso.

La investigación permitió conocer que esta organización distribuía grandes cantidades de cocaína, hachís y marihuana, entre otras drogas, disponiendo de un entramado empresarial para blanquear las ingentes cantidades de dinero que obtenían de esta venta.