| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Apocalipsis zombi

Me quedo mucho más tranquila después de saber que el Gobierno está dedicando parte de su valioso tiempo a pensar en la situación de los transexuales

| Mónica Nombela Edición Alicante

En esto de la pandemia cada vez un mayor número de interrogantes se va abriendo en nuestras cabezas, y llega un momento en que no sabemos lo que está sucediendo con el maldito virus, o bicho, como prefieran. Da la sensación de que los diferentes gobiernos europeos anden dando palos de ciego, lo que resulta inquietante. Si no, cómo se explicaría que esta tercera ola esté causando tantos estragos, cuando teóricamente la población se halla cada vez más entrenada y preparada en la cuestión de medidas de protección individual.

Hace casi un año servidora andaba fabricándose ingeniosas a la par que, supongo, ineficaces mascarillas hechas de servilletas de papel de cuatro capas y gomas elásticas, con ayuda de una grapadora, para poder ir al supermercado.

Eran los tiempos en que Fernando Simón decía que no era necesario usarlas, y ya ven. Ahora andamos lidiando como buenamente podemos con esta especie de apocalipsis zombi, que si la variante sudafricana, cuidado con la brasileña, ojo que la mexicana es la peor, o guardaos de la británica, que es la más contagiosa.

Lo de las vacunas es un tema para echarle de comer aparte

No sabemos si se trata de mutaciones naturales o artificiales, o bien si estamos hablando de verdaderas armas bacteriológicas, de virus fabricados en una probeta, o de agentes infecciosos procedentes de los murciélagos o de otros animales salvajes, cuya ingesta solo sería entendible en caso de vida o muerte. Y, mientras, venga gente entrando y saliendo de nuestras fronteras que, total, parece que ya hubiéramos tirado la toalla en lo de tratar de frenar los contagios. 

Lo de las vacunas es un tema para echarle de comer aparte. Hemos pasado en menos de una semana de las negociaciones a cara de perro entre la UE y la farmacéutica AstraZeneca, en lo que parecía una presión ciertamente inaceptable en los tiempos que corren por parte de esta última a los gobiernos europeos, a ver a varios de estos gobiernos, en cuestión de dos días, decidiendo que no van a suministrar la vacuna a los mayores de 65 años. Me genera una duda, ¿esta decisión está relacionada con los problemas de suministro de la vacuna, o en realidad obedece a cuestiones de eficacia? Los problemas de abastecimiento en Europa cuando en Emiratos Árabes, con sus petrodólares, por poner un ejemplo, han vacunado a un 34% de la población dan mucho que pensar. 

No tenemos más remedio que seguir adelante, aunque sea quedando a tomar un café para llevar, de pie en mitad de la calle

Ciertamente, con la que está cayendo, me quedo mucho más tranquila después de saber que el Gobierno está dedicando parte de su valioso tiempo a pensar en la situación de los transexuales. Y otra vez aprovecha para dar un zasca a los padres, queriendo privarlos de voz y voto en un tema tan crucial para sus hijos, cuando no están en absoluto maduros. Con todos mis respetos, este colectivo representa solo 4,6 personas por cada 100.000 habitantes. O, lo que es lo mismo, un porcentaje realmente inapreciable de la población, si empezamos a correr la coma para la izquierda. Este tema ahora no tocaba. 

También me da que pensar que pueda ser una auténtica cortina de humo, para tapar las manifestaciones tan desafortunadas de Illa en su despedida del ministerio de Sanidad, la reforma del CGPJ por la puerta de atrás, los pactos de las elecciones catalanas, o bien todo junto.  

Así las cosas, la realidad, por mucho que nos esforcemos y queramos que desaparezca al cerrar los ojos, no es posible de evitar. Somos, cada vez se puede percibir con más intensidad, de una insignificancia extrema. Una mota de polvo en el Universo. 

Poder respirar al aire libremente, abrazar a las personas queridas, visitar a los padres mayores, tomar unas cañas con los amigos, o salir de compras a las ocho de la tarde. Cualquier actividad que antes nos parecía normal o rutinaria se ha llegado a convertir hoy en extraordinaria. De ahí que el consejo de un buen amigo médico me parezca un recordatorio tan valioso: “a vivir, que son dos días”. A pesar de todo, crisis económica incluida, no tenemos más remedio que seguir adelante, aunque sea quedando a tomar un café para llevar con un amigo, de pie en mitad de la calle. 

Mónica Nombela Olmo

​Abogada y escritora