Sánchez se enfrenta al veredicto del PSOE: tregua electoral en busca de relevo

Todos los focos están fijados en él. Sólo la premura de los tiempos electorales le van a salvar de un juicio sumarísimo. Sin embargo, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, llega este sábado al Comité Federal de su partido como si acudiera a un tribunal de Justicia: a rendir cuentas de sus acciones. Y para un importante sector de los socialistas el veredicto está ya dictado. Sánchez es culpable. Culpable de haber cosechado el 20-D el peor resultado de la historia del PSOE. Culpable de haber conducido una caótica gestión para alcanzar su investidura. Y culpable, también, de haber colocado a los socialistas es una muy precaria situación de cara a los nuevos comicios del 26 de junio.

Al Comité Federal de este sábado, el máximo órgano socialista entre congresos, llega Sánchez con un mensaje muy claro de su gran rival en el partido. La presidente andaluza, Susana Díaz, le exigió en la víspera "autocrítica" y que "no se mire el ombligo". La dirección socialista ha diseñado un nuevo calendario de primarias, -presentación de candidatos, recogida de avales y campaña interna- sabedora de que Sánchez no tendrá ahora rival. Y es que los críticos con el actual líder, que son muchos y diversos, saben que una lucha fratricida en este momento sería un suicidio para las ya deterioradas expectivas del PSOE.

Con una guerra fraticida en Cataluña y un amenaza de rebelión en Madrid llega Sánchez a rendir cuentas. Y son dos de sus mayores caladeros de votos

 Salvado por tanto el órdago, el líder llega al 'juicio' de sus dirigentes con dos grandes brechas sangrantes. La primera, la guerra abierta en el PSC tras la espantada de su cabeza de lista, Carmen Chacón. Apadrinada por Sánchez este viernes oficializó su candidatura Meritxell Batet. Sin embargo, durante el fin de semana, Batet deberá negociar con el ex senador Carles Martí, quién amenaza con forzar unas primarias. La condición de Martí para el acuerdo con Férraz: una revolución en las listas catalanas para el 26-J.

El 'ascenso' de Madina, cuestión de estado

Pero, sin duda, la gran revuelta la va a encontrar Sánchez con la lista de Madrid, desmembrada tras la marcha de Batet, su número dos, a Barcelona, y el desplante y abandono del fichaje estrella del líder hace cuatro meses, la ex de UPyD, Irene Lozano. Susana Díaz, aliada con los socialistas madrileños afínes al defenestrado Tomás Gómez, advirtió este viernes que peleará por la presencia en puestos privilegiados de Eduardo Madina, convertido en la gran esperanza blanca de los socialistas para el futuro. A esa campaña se ha sumado también otro de los fieles a Gómez, el mediático concejal madrileño Antonio Miguel Carmona.

 "Yo voy a colaborar porque no quiero que Eduardo no esté dentro del Parlamento", advirtió Díaz este viernes, antes de añadir un recado a Sánchez. "No existen muchas personas que gocen de reconocimiento interno y externo de Eduardo, al que se le quiere dentro del PSOE pero igual o más, fuera", subrayó. Carmona sostuvo la misma tesis: "Que Madina forme parte de las listas para Madrid es bueno para el país y para el PSOE", dijo. Sin embargo, el propio Sánchez confirmó a última hora de este viernes que Madina repetirá en el séptimo puesto de la lista por Madrid, aunque se mostró convencido de que entrará en la Cámara Baja porque los socialistas obtendrán un mejor resultado.

Sánchez, que durante su intervención centrará todas sus críticas en Podemos, por sus "vetos" y "sillones" que han impedido, -a juicio del líder socialista-, su investidura, debe lograr el aval de su partido para diseñar una nueva campaña que arranca bajo la amenaza, más real que nunca, de que el PSOE se convierta en la tercera fuerza política, con menos de 90 diputados, y superada por la coalición que se fragua estos días entre Podemos e IU. Escuchará críticas, sobrevivirá por la tregua electoral, pero Sánchez sabe que su suerte está echada.