| 30 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El Gobierno culpa a los citricultores de las plagas "por no pisar más el campo"

El representante del Ministerio de Agricultura pide a los citricultores valencianos "mayor implicación" porque "la solución no puede venir siempre del Gobierno"

| Jonathan Martínez Edición Valencia

El Ministerio de Agricultura evita entrar en terreno pantanoso y abandona a los citricultores valencianos en la lucha frente a la plaga del Cotonet de Sudáfrica, que ya se extiende por la mayoría de las zonas citrícolas de la Comunidad Valenciana, Murcia e incluso Cataluña. Con un Plan de Acción a nivel estatal que se ha mostrado ineficiente para frenar la expansión de la plaga y unas estrategias autonómicas que tampoco resultan una solución viable a corto plazo, los representantes de las asociaciones agrarias valencianas se han reunido con el director general de Sanidad Vegetal del Ministerio de Agricultura, Valentín Almansa, bajo la esperanza de que el Gobierno de España aporte “medidas urgentes” contra unos daños todavía mayores a los de la pasada campaña. De hecho, algunos campos de Castellón arrastran pérdidas del 100%.

No obstante, todas las esperanzas depositadas en el Ministerio quedaron difuminadas desde el inicio de la reunión, cuando Valentín Almansa declaró que “había acudido para escuchar” las reivindicaciones, sin la más mínima intención de aportar un remedio a los citricultores, ni con ayudas ni con alternativas frente a la plaga. Pero la decepción fue a mayores en el transcurso de las conversaciones, hasta el punto de alcanzar la “indignación”. El representante estatal acusó a los agricultores de incentivar la dispersión del Cotonet “por no pisar más el campo” y les recriminó que no se hayan preparado para esta plaga, como si tuviesen opción alguna de indagar en el comportamiento del Delottococcus aberiae. “Ni las cooperativas ni las empresas privadas tienen capacidad para montar centros de investigación. Las Administraciones públicas son las únicas que disponen de este tipo de recursos”, explica el secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA-PV), Ricardo Bayo.

Además, Almansa alega que “no se puede esperar a que siempre sea el Gobierno el que aporte las soluciones” e invitó a los técnicos agrarios a adquirir más competencias al respecto con una mejor formación. De esta forma, los asistentes no sólo se mostraron perplejos por la inexistencia de un Plan de Choque urgente, sino que sus declaraciones también contribuyeron a ir calentando el ambiente. 

La asociaciones agrícolas recordaron al director general -también máxima autoridad en la gestión de autorizaciones de plaguicidas- que la plaga es consecuencia de los acuerdos comerciales de la Unión Europea con terceros países y una “laxitud” en unos controles de frontera incapaces de detectar la entrada del Cotonet. “En Sudáfrica no tienen ni catalogada esta plaga”, asegura Bayo. 

Con todo, Valentín Almansa tan sólo se comprometió a estudiar la posibilidad de aplicar de forma “provisional” un insecticida prohibido en la Unión Europea y que obligará a los citricultores a tirar toda la cosecha con las pérdidas que les conlleve. Del mismo modo, muestra su respaldo a las estrategias puestas en marcha por la Conselleria de Agricultura dirigida por Mireia Mollà en la lucha biológica a largo plazo: la multiplicación y suelta de depredadores de estos insectos; la utilización de tramperos; nuevos ensayos con fitosanitarios autorizados; y protocolos de bioseguridad aún sin concretar.

AVA-ASAJA exige mayor implicación

Por su parte, la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) también ha mostrado públicamente su decepción por el resultado de la reunión. “Ya está tardando mucho el Ministerio en admitir que el Delottococcus aberiae presente en la Comunitat proviene del Valle del Limpopo ubicado en Sudáfrica, según una publicación científica al alcance de quien quiera leerla, por lo que su entrada ha sido responsabilidad de la Administración, que no ha llevado a cabo de forma adecuada los controles de entrada de cítricos importados. En vez de eludir su responsabilidad en la expansión del cotonet, deberían recordar que la función de la Administración es evitar la entrada de nuevas plagas y, en caso de producirse, buscar soluciones”, argumenta Cristóbal Aguado, presidente de AVA-ASAJA.

En estos momentos todavía no se conoce el ciclo biológico de la plaga, una información que permitiría saber el momento en el que deben ser tratados los campos para adelantarse a la evolución del cotonet. “Si desconocemos el ciclo biológico del Delottococcus aberiae difícilmente podremos hacer recomendaciones ni dar con una respuesta al problema”, señala Aguado. En este sentido, AVA-ASAJA pide al Ministerio que se implique y realice inversiones mayores en la investigación de esta plaga, así como en ofrecer formación al sector y divulgar todos los datos que se obtengan. “Los agricultores están haciendo pruebas e invirtiendo en numerosos tratamientos desesperados por encontrar una solución, lo que implica un sobrecoste enorme. Este estudio debería llevarse a cabo por parte de la Administración, ya que si los tratamientos que realizan los agricultores cuestan más que el precio que reciben por sus cosechas la citricultura dejará de ser viable y para evitarlo es necesaria una implicación a fondo de las Administraciones”, afirma Aguado. Por otra parte, la asociación agraria también reivindica indemnizaciones por las pérdidas que está sufriendo el sector a consecuencia de un error cometido por la Administración.

“Si se hubiera actuado a tiempo la plaga podría haberse erradicado fácilmente. Es necesario que se invierta en tratamientos contra las hormigas, que protegen la plaga y la difunden, así como facilitar el depredador Cryptolaemus y el parasitoide Anagyrus de forma masiva a todos los agricultores de zonas afectadas por Cotonet. Todo ello con la implicación de las OCAPAS para hacer estos tratamientos posibles. Hasta ahora las Administraciones, responsables de la entrada y dispersión de esta plaga, han fallado estrepitosamente en sus actuaciones provocando un gran perjuicio para los agricultores. Por ello, es vital que inviertan y se impliquen para frenar este desastre”, concluye Aguado.