| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse

La bicefalia de Cantó: de amores políticos incondicionales a enemigos crónicos

Mientras que en el partido consideran incuestionables su capacidad de comunicador y orador, una parte de la militancia espera su marcha y apuesta por el PP como destino

| H.G. Edición Castellón

La hidra del lago de Lerna despunta como uno de los animales legendarios más temidos de la mitología griega. Con forma de serpiente, entre sus cualidades destacaba la capacidad de regenerar y reproducir sus múltiples cabezas, que, en función de la fuente que lo relate, podrían llegar hasta el centenar, aunque existe más coincidencia en que se limitarían -que no es poco- a entre siete y nueve.

De esta forma, y con el paso de los milenios, el término hidra se atribuye también a quien muestra múltiples identidades faciales. Igualmente puede compararse esa cualidad con la del dios romano Jano, aunque en su caso se limitaba a una duplicidad, a disponer de dos dos rostros, uno mirando hacia cada lado.

En la política valenciana resalta un líder con esa versatilidad, a veces cercana a la policefalia de la hidra; en otras a la doble visión, a diestra y siniestra, de la deidad latina. Se trata del síndic de Ciudadanos, Toni Cantó, también, en otra de sus vertientes, coordinador autonómico del partido.

A nivel estatal se le conoce por su faceta de actor de fama nacional, por sus intervenciones en programas de elevada audiencia televisiva como el de Ana Rosa o por estar oculto, recientemente, en el disfraz de un camaleón en un conocido programa.

 

Del mismo modo, sobresale por su capacidad de comunicación, ya sea tuiteando sin tregua y con ingenio, vapuleando a Compromís y Unides Podem desde la tarima de Les Corts con expresiones tan contundentes como "¡Inútiles populistas!", o haciéndose cortar el pelo, con cámaras delante, para reivindicar ayudas a las peluquerías. Como ha hecho con la hostelería visitando esta semana la taberna Antonio Manuel (curiosamente acompañado por la concejal de Madrid, Begoña Villacís, y no por su homólogo en la asamblea de Madrid, Ignacio Aguado), o ajustándose guantes de valetudo y de boxeo en un gimnasio.

La de actor constituye una de sus caras; la de orador elocuente, otra; y así podríamos sumar la de entrevistado encandilador, la de político que empatiza con sectores arrasados económicamente por esta pandemia..., pero, como sucedía con la hidra, todavía le quedan unas cuantas más. Y algunas de ellas no gustan tanto entre la afiliación de Ciudadanos, en el partido en el que milita en los últimos años después de su experiencia anterior en UPyD.

De hecho, uno de los comentarios que más circula entre militantes en las ultimas semanas es "¿cuándo se marchará?". "Está teniendo el mismo comportamiento que cuando se fue de UPyD", comenta un importante dirigente de su partido que ha compartido con él varias campañas. 

Las críticas a la estrategia de la dirección nacional configurarían uno de los gestos reveladores de ese comportamiento que induce a la sospecha. O revalorizar su propia marca dentro del partido podría consistir en otra. Eso sí, quienes así piensan tienen claro que cuando se vaya (si eso ocurriera), lo haría de la misma forma que sucedió en UPyD, desapareciendo, literalmente.

Del partido de Rosa Díez se evaporó, además, en el lanzamiento de la campaña electoral en la que él iba de cabeza de lista. De aquella época se ha ganado enemistades inasequibles al paso del tiempo, como la del ex diputado Alexis Marí, que precisamente venció al grupo de Cantó en las primarias para coordinar UPyD.

Otro de sus rostros lo muestra en el grupo parlamentario en Les Corts, donde ha construido un reducto de fieles, a quienes reparte los principales cometidos, y se ha granjeado la enemistado o distanciamiento de la mitad de sus diputados, en los que apenas delega.

El epicentro del equipo de Toni Cantó en el parlamento valenciano los constituyen precisamente tres ex UPyD: el coordinador de grupo y diputado Fernando Llopis y los asesores Tomás Pascual y Antonio Salvador, que apuntalan su estrategia. Ya en un segundo círculo están incluidas las portavoces adjuntas Ruth Merino y Mamen Peris.

Las disensiones con otros sectores del partido, como el que orbita alrededor del senador Emilio Argüeso, se han saldado con disputas internas en listas de elecciones, como las desarrolladas el último sábado de febrero en algunas de las principales agrupaciones. En Valencia, las candidaturas con más afines al portavoz en el Ayuntamiento y secretario autonómico de Relaciones Institucionales, Fernando Giner, ganaron a las apoyadas implícitamente por Cantó. En Castellón también sufrió la derrota de la lista que llevaba su nombre frente a la que apoyaban diputados autonómico alejados de su propio coordinador, como Cristina Gabarda o Eduardo del Pozo. Lo mismo ocurrió en Elche. Logró una exigua victoria en Sagunto, donde se impuso la lista que apoyaba el concejal Raúl Castillo, más cercano al síndic.

Quienes dan por segura su marcha -bastantes, entre las bases- también ven claro que el próximo hito en su trayectoria política pasa por el Partido Popular (donde algunos lo recibirían con los brazos abiertos). Como dato relevante, la encuesta de conocimiento y valoración de líderes publicada por EsdiarioCV  lo sitúa por encima, en la segunda de estas dos facetas (valoración), tanto de la presidenta regional de esa formación, Isabel Bonig, como del máximo responsable institucional, el presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón. Ninguno aprobaría. Ni ellos ni los políticos que lideran el resto de formaciones. Eso sí, el grado de conocimiento de Cantó en la Comunidad Valenciana supera el 80%.

"Es un gran comunicador, pero no sabe crear partido", resume un alto cargo que lo conoce desde hace años. ¿Qué resulta más importante para dirigir una formación: lo primero o lo segundo? Por su valor incuestionable como cartel electoral lo adoran compañeros de partido, como el ex diputado nacional Vicente Ten. En cambio, por la falta de empatía que le achacan en la dirección del grupo tuvo que presentar un escrito el parlamentario Jesús Salmerón a la Mesa de Les Corts, ya que había sido excluido directamente de poder asistir a los plenos con aforo reducido.

Quizás se le pueda atribuir la reflexión que hacía días atrás el concejal de Ciudadanos en Alboraya Vicente Raga respecto a Inés Arrimadas en un artículo. "¿Es el principal activo electoral de Cs? Desde luego. ¿Es la persona más adecuada para organizar el partido? Un rotundo no", se preguntaba y se contestaba. En el caso de la Comunidad Valenciana podría hacerse la misma reflexión con Toni Cantó.

El actor, político, tertuliano, polemista, comunicador, síndic, coordinador autonómico de partido... despierta amores incondicionales y animadversiones crónicas. Depende, en gran medida, de cuál de sus caras prime para quien trata con él. Como el rasgo bifacial de Jano, Toni Cantó refleja la incertidumbre de lo que está por venir. El futuro imprevisible que afronta Ciudadanos.