La ruta segoviana del color, flanqueada por sus hoces

La Comarca de Riaza, a los pies de la Sierra de Ayllón, tiene un encanto especial por la diversidad de los materiales geológicos que pueden apreciarse en las Hoces y en la construcción de sus pueblos.

En las diferentes épocas del año, es una zona que cambia la paleta de color de su entorno natural. Las únicas tonalidades que persisten son los de las fachadas de las casas e iglesias de sus pueblos amarillos, rojos y negros, que fueron construidos antaño con los materiales de la zona (cuarcita, arenisca ferruginosa y pizarra).

Todo lo demás va alternando su color, desde las diferentes gamas de verdes de los campos segovianos que encontramos en verano, al crisol de tonos marrones y amarillos de las hojas de los árboles en otoño, pasando por el blanco inmaculado de la nieve, en invierno, hasta llegar a los campos llenos de flores salvajes en primavera.

Este paraje natural invita a caminar, a volver a los orígenes, a perder la noción del tiempo, mientras se observa el amanecer silencioso, el continuo sonido de los pájaros, los corzos recorriendo velozmente los campos, las águilas sobrevolando todo el paraje, los impresionantes atardeceres o la infinidad de estrellas que, debido a la falta de contaminación lumínica de la zona, es posible apreciar por la noche.

En esta zona del nordeste segoviano, encontramos dos parques naturales, las Hoces del Río Duratón, situado a unos 17 km de Sepúlveda, y las Hoces del Río Riaza, a 15 km de Maderuelo.

La sensación es de total sobrecogimiento cuando nos asomamos a las hoces del rio Riaza, donde conviven en armonía pinos, álamos, sabinas, robles y encinas, que han crecido sobre el riachuelo y que se nutren del subsuelo para crecer imponentemente altos.

Las Hoces del Río Duratón, forman un cañón de inigualable belleza, en el que es posible la práctica de piragüismo. Un fantástico plan para realizar con amigos o en familia.

En el recorrido de ambas hoces, no faltará el constante vuelo, cercano e intimidante de alimoches, águilas reales y buitres, que se refugian en los huecos formados en las paredes de estas imponentes paredes.

Estos dos pueblos, Sepúlveda y Maderuelo, podrían considerarse junto con Riaza, los referentes de la zona, aunque existen otros muchos pueblos auténticos por los que perderse, como Fresno de Cantespino y, por supuesto, los que forman la ruta de los pueblos de colores: pueblos rojos como Villacorta, Madriguera y Ayllón; Pueblos amarillos como Alquité y Martín Muñoz de Ayllón; Y, los pueblos negros como Serracín, El Muyo, El Negredo y Becerril.

Muy recomendable el Mirador de Piedras Llanas, cerca de la Ermita de Hontanares, a 5 km de Riaza, modernizado hace unos años, desde donde se divisan hasta 5 diferentes provincias: Segovia, Madrid, Burgos, Soria y Guadalajara.

Festival de Country de nivel internacional

Año tras año, desde 2015, y habiendo descansado solo en pleno confinamiento, el Huercasa Country Festival ha deleitado a los amantes de la música y del baile country, lo que ha hecho que se convierta en fecha de referencia para los seguidores de la música americana.

Aunque los principales conciertos tienen lugar en el recinto del campo de fútbol de Riaza, el fin de semana del festival se organizan otros conciertos y actividades en la Plaza Mayor del municipio, en los que se puede participar de forma gratuita, y en los que el público aprende el ‘Country Line Dance’, lo que resulta divertido tanto para el que se une a la clase, como para el que decide disfrutar desde la barrera. Al más puro estilo country, la plaza de Riaza se convierte en un espacio de baile previo a los conciertos para ir calentando y desempolvar las botas. Este año, el colofón será una jornada completa de Country Line Dance el domingo día 16.

Como en las anteriores siete ediciones, el festival congregará a artistas de renombre de música rock y country. Los conciertos del escenario principal (en el campo de fútbol) se celebrarán el viernes 14 y el sábado 15 de julio.

^{Cartel de la próxima edición del Festival Country Festival}

Los tres pilares de este festival tan familiar son la vida sana, el mundo rural y la música de raíces norteamericanas, que se refleja, entre otras cosas, en su decisión de que los menores de 16 años entren gratis, lo que permite que edición tras edición, al concierto acudan familias enteras de abuelos, hijos y nietos, que se ponen sus botas camperas, su camisa de cuadros y su gorro de vaquero, y plantan su manta sobre la hierba para escuchar buena música, bailar y hacer un plan tan divertido.

Que más hacer y dónde comer

En muchos de los rincones de la comarca podemos encontrar fantásticos restaurantes en los que degustar, entre otras muchas cosas, morcilla de Burgos, judiones, torreznos, cordero, cochinillo, ponche segoviano, etc.

En esta ocasión, nos vamos a centrar solo en dos, uno de toda la vida y otro, que ha abierto sus puertas este año.

En el centro de Riaza, concretamente en frente de la Casa de la Cultura, encontramos El Fogón, pequeño restaurante familiar que cuida la materia prima tan bien como a sus comensales. Muy recomendable la tarta casera de queso.

En la estación de montaña de la Pinilla, descubrimos nuestra segunda recomendación, Lobo, en el que su chef, Dani Pedrosa, consigue sabores auténticos, cocinados al carbón y la leña. Brinda una amplia variedad de carnes de alta calidad de diferentes razas, como Angus, Wagyu, Rubia Gallega y Simmental, entre otras, con distintos tiempos de maduración, desde 30 hasta 90 días o más, lo que hace muy sabroso cada corte.

La estación ha hecho una gran apuesta por el Valle, invirtiendo a largo plazo y ofreciendo planes los 365 días del año. Al plan habitual de esquí en invierno, se une ahora el de bicicleta de montaña y otras actividades en verano, así como el de música en directo con DJs y actuaciones en vivo, durante todo el año.

Si no conoces esta zona del nordeste segoviano, ponla en tu lista de ‘pendientes’, y si ya has ido alguna vez, vuelve, porque en cada momento, la paleta de color es diferente.