La escalofriante realidad de Daniel Sancho en Tailandia antes del juicio

El joven español Daniel Sancho, sospechoso de asesinar al cirujano colombiano Edwin Arrieta, que quiere "colaborar en todo lo que pueda", horas antes de ser puesto bajo disposición judicial. El hijo del actor Rodolfo Sancho ha hecho estas declaraciones a la agencia EFE horas después de asegurar que era "culpable" del asesinato del colombiano pero que lo hizo porque él "era su rehén".

Sancho, de 29 años, ha hablado desde la comisaría de Koh Phangan, isla en la que tuvo lugar el supuesto asesinato, al ser preguntado por el traslado, previsto para este lunes 7 de agosto, a la vecina Koh Samui, donde un juez decidirá si presenta o no cargos formales en su contra.

En caso afirmativo es muy probable que Sancho pasara a ser ingresado en prisión hasta el juicio, ya que la posibilidad de que quedase en libertad bajo fianza es muy baja dada la gravedad del caso.

Pero las cosas van a empeorar para él, tal y como ha sabido ESdiario de fuentes jurídicas relacionadas con la Justicia del país asiático es probable que, a la espera de juicio, el joven chef español nieto del también actor Sancho Gracia ingrese en la prisión de máxima seguridad Bang Kwang. Y es que su caso recuerda al del español Artur Segarra, condenado a cadena perpetua en Tailandia por el secuestro y asesinato en Bangkok del empresario David Bernat, de 39 años, en el año 2016.

Pero las mismas posibilidades que tiene de ingresar en esa prisión donde está el ya condenado Segarra (con unas condiciones de habitabilidad aceptables), las tiene de ser destinado a un auténtico infierno.

Daniel Sancho y su infierno penitenciario

Así es, si atendemos a otras decisiones de la justicia tailandesa, Daniel Sancho puede ser enviado a Bang Kwang Central Prison, centro penitenciario más conocido como la Prisión de la Muerte. Se trata de una de las cárceles más temidas de Tailandia y prácticamente de todo el mundo. Se encuentra en la provincia de Nonthaburi.

En ella cumplen condena o esperan sentencia reclusos extranjeros condenados por delitos graves, como el caso de Sancho. Es un centro con disciplina extrema y mano ancha para los guardianes. Además, los reclusos viven hacinados en celdas donde la higiene brilla por su ausencia. Muchos presos mueren incluso por inanición o enfermedades derivadas de la falta de higiene: comen solo un cuenco de arroz al día.

Si no fuese finalmente destinado a este infierno, la otra opción no es mucho mejor: Klong Prem Central Prison, también considerada una de las más peligrosas y conflictivas de Asia.

Los denominadores comunes de estos centros penitenciarios son una vida insalubre, alta mortalidad y agresiones entre reclusos.

Es el presente real de Daniel Sancho, en un futuro próximo se enfrenta a una condena de cadena perpetua o a la pena de muerte, por inyección letal.