La noche que la Infanta Elena compartió mesa y mantel con Santiago Abascal

Doña Elena llega puntual. No se hace esperar. El lugar era el Restaurante Commodore en la conocida Plaza de la República Argentina famosa por el madrileño por la Plaza de los Delfines. Este lunes se entregaban en la capital los galardones de la primera edición de la peña taurina Las Meninas.

S.A.R la infanta Doña Elena ha sido distinguida por la peña formada por 32 mujeres y fundada por la médico neumóloga Mari Angeles Grajal y esposa del diestro Jaime Ostos. La duquesa de Lugo quiso dedicar esta distinción a su padre el Rey Juan Carlos de quien dijo que ha heredado esta afición como también lo hizo su abuela, doña Mercedes la condesa de Barcelona. "Mi padre os manda recuerdos", comentó la primogénita de los Reyes Eméritos.

La Infanta Elena habla a diario con su padre. Al sonar el himno de España, los 100 invitados se levantan y aplauden. Algún Viva España se exclamó con fuerza. Doña Elena compartió mesa y posición con el presidente de Vox, Santiago Abascal, quien estuvo muy atento con todos los que quisieron acercarse a saludarle e inmortalizar el momento con el líder de la derecha. El traje de chaqueta a Abascal le queda a medida. Y la corbata a su justa altura.

Isabel Díaz Ayuso no acudió a recoger su galardón

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso fue otra de las reconocidas con una Menina. No asistió. En su lugar recoge el galardón su consejero de Presidencia, Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid, Enrique López. A Díaz Ayuso se le pudo escapar "un puñado grande" de votos para su partido. Quizás recogidos y recolectados por Santiago Abascal en lugar de Pablo Casado. Desconocemos si era la intención de la presidenta madrileña. O no pudo ser por temas de agenda.

Los focos también se centraron en otros ojos, otras manos y otra boca. Las de José Mari Manzanares, ya maestro de toreros. A su lado Miguel Abellán y Morante de la Puebla. Mariló Montero y Nieves Herrero fueron otras de las invitadas. Mari Angeles Grajal cortó "rabo y oreja" como anfitriona de su primer edición que con tanto mimo y delicadeza ha preparado. Se nota su sello. Vuelve el Madrid de antes. El de siempre. El del gourmet y tuvo que ser en el recién inaugurado Commodore otrora Mayte Commodore. Lugar donde se formaron tantos periodistas de sociedad haciendo sus crónicas de lo sucedido.