Qué le pasó al hijo de Carmen Sevilla para su distanciamiento con la prensa

Carmen Sevilla se ha ido en silencio. Sin memoria. Sin recuerdos. Y sin el contacto directo de sus amigos más cercanos. Norma Duval, la bailaora María Rosa, el periodista Javier de Montini, la diseñadora Marily Coll o la familia Flores. En sus últimos años estuvo apartada de su mundo. La partida de su domicilio de la calle Pintor Rosales a una residencia de Aravaca la dejó sin la presencia del cariño incondicional de los suyos. Se acabaron los almuerzos en su casa con sus cercanos. Eran semanales. El hijo Augusto Algueró decidió que a la habitación de su madre de la residencia no accedía nadie. Tan sólo su persona y a quien autorizase puntualmente.

En la figura de Augusto Alguero hijo hay un punto de inflexión en su relación con los medios de comunicación. Año 2014. Fecha en la que pone punto y final a su matrimonio con Marta Díez, madre de sus dos hijos. Un divorcio que hace que Augusto y Marta mantengan silencio. Y dos vidas diferentes. Ella desaparece del panorama social. Nunca estuvo cerca de su suegra. Sus hijos que son los nietos de Carmen Sevilla poco pudieron disfrutar de la abuela. Muy poco. La relación entre Marta y Carmen fue distante. Desde el principio.

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Marta y Augusto comenzaron vidas diferentes y parecidas en 2014. El silencio fue el mejor amigo para no mostrar sus nuevas vidas.

Con el divorcio, Algueró decide tener otra vida. Diferente a la anterior. Ya no va del hijo del gran compositor Augusto y la novia de España. Quiere ser anónimo. Tampoco es aquel profesional que trabajó en la época de Valerio Lazarov en Telecinco como director musical y ambiental de la cadena. Aquellos años fueron de poder de Augusto Algueró. Año 2003. Esto es pasado.

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Desde 2014 decide vivir tranquilamente y lejos del foco mediático. Pasea tranquilamente por su zona de Pozuelo con amigos. Discreción. Ha comenzado una nueva vida. En su derecho está.

El silencio en la despedida de Carmen Sevilla

El gran piso de Carmen Sevilla en la primera planta de los primeros números de la vía Pintor Rosales permanece cerrado durante tiempo. Finalmente es reformado y alquilado. Ahora vive gente cercana a Augusto Algueró. El silencio en la despedida de Carmen Sevilla es producto de aquel mutismo que comenzó hace 9 años con la ruptura del matrimonio. Después llegó la residencia. Y la ruptura con la prensa. Pocas veces ha querido hablar con los periodistas. Elegidos y sin compromiso. Optó por otra vida y se ha respetado. A su madre le hubiese gustado otra despedida.