| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Liverpool 0 - Real Madrid 1: La Leyenda continúa

El Real Madrid le ganó (0-1) al Liverpool en la final de la Champions de París, sostenido por un histórico Courtois y gracias a una jugada de furia entre Casemiro, Valverde y Vinicius.

| Miguel Queipo Deportes

La leyenda del Rey de Europa continúa. La Decimocuarta Copa de Europa del Real Madrid, la cuarta de Ancelotti, la quinta para casi media plantilla… El Real Madrid le ganó (0-1) al Liverpool en la final de la Champions de París, sostenido por un histórico Thibaut Courtois y gracias a una jugada de furia entre Casemiro, Valverde y Vinicius, el autor del único tanto del partido. El Madrid no juega finales, las gana. Y en un partido en el que sólo dispuso de dos ocasiones, materializó una y en la otra le fue anulado injustamente un gol.

Que una final de la Champions comience con 37 minutos de retraso debido a desórdenes provocados por los hooligans fue una pésima noticia. Pero la cantidad ingente de aficionados del Liverpool que acudió sin entrada e intentó colarse provocó quince minutos de retraso mientras entre la Gendarmería y la organización ordenaban los accesos al recinto evitando problemas de seguridad.

Cuando el balón echó a rodar, el partido siguió el guión previsto. El Liverpool muy impulsivo, puro rock’n’roll, con Henderson marcado una presión asfixiante muy adelantada. Y el Madrid intentando encontrar a Kroos para moverse a ritmo de vals hasta pisar el campo contrario, donde el equipo blanco invocaba a todos los dioses de la Copa de Europa para acelerar su ofensiva. No había ningún tipo de cautela, porque estaba claro que el partido tenía que ser un intercambio de golpes entre dos boxeadores a los que no les asusta que les abran una ceja.

El Liverpool trataba de buscar al colombiano Luis Díaz por la izquierda de su ataque, pero sin conseguir activarle en situaciones de ventaja. El Madrid, a Vinicius, que chocaba con el poderío físico de Alexander-Arnold y de Konaté. La primera incursión en ataque del lateral red, justo cuando se cumplía el cuarto de hora de partido, provocó la primera intervención de Courtois, a remate de Salah. A los treinta segundos, Thiago probó el disparo y detuvo el portero belga. Y apenas un minuto después, Salah también chutó desde fuera del área, a las manos del meta blanco. Un chut alto del lateral derecho del Liverpool y otro paradón de Courtois, desviando un remate de Mané al poste, dejaban claro que el cielo se había desplomado sobre la cabeza de los madridistas.

 

Los de Ancelotti, mal que bien y atajando la movilidad de Mané, consiguieron taponar las vías de agua, con Carvajal y Valverde sensacionales, y el Liverpool, tras el torrente, dejó de llegar: ya no era una tormenta, era una llovizna, disparos desviados o fáciles para Courtois. Los blancos, mientras, eran incapaces de inquietar a los de Klopp. Ni un remate, ni dentro ni fuera, y sólo un centro lateral de Vinicius que atajó sin problemas Alison hizo calentar los guantes del brasileño.

La mejor ocasión blanca llegó en el 44. Un pase de Casemiro a Benzema provocó el remate del francés, la parada de Alison, un guirigay tremendo de la defensa red, que ahí mostró el pavor que le tenía a la ofensiva de su rival, y el balón acabó llegado a Karim, que marcó. El gol fue anulado por fuera de juego, tras dos minutos de VAR. Mal anulado, para colmo, porque el balón le llegó de Fabinho, de un rival, que por el camino había cometido penalti sobre Valverde. Pero el Madrid llegaba al partido, por fin, justo antes del descanso. 5-1 a favor de los reds en tiros a puerta.

El guión había cambiado para la segunda parte. El Liverpool ya no se lanzaba con tanta alegría a la presión adelantada, un solo aviso había bastado, y el Madrid ganó en confianza para los duelos uno contra uno, que durante mucho tiempo caían todos del lado de los reds. Los nervios, además, comenzaban a aparecer sobre el césped, la tensión de las finales. Los de Klopp se activaban menos, pero cuando lo hacían pegaban dentelladas.


Gol de Vinicius, a pase de Valverde

Pero la dentellada la soltó el Madrid. Por fin fue capaz de superar la presión red, por una vez, con un pase de primeras de un Casemiro que estaba fatal con el balón en los pies, a Valverde. El uruguayo desplegó las alas, arrancó como un trueno, entró en el área y soltó un centro-chut que pescó Vinicius en el segundo palo para hacer el 0-1 a placer. Energía para el Madrid, dudas para el Liverpool rematadas con un paradón de Courtois a remate de Salah, que no lograba encontrar su tan cacareada vendetta.

Los de Klopp comenzaron a apretar de lo lindo, a forzar mil jugadas a balón parado, faltas laterales, saques de esquina. El Madrid se mantenía sólido ante las torres Konaté y Van Dijk, Courtois haciendo de su pálida languidez un muro infranqueable haciendo de nuevo un paradón ante Salah. El partido se rompía. No había centro del campo. Intercambio de guantazos en el centro del ring, el Madrid era Numancia aunque el estadio no era Los Pajaritos, en una final de Champions hay que tragar mucho barro, más aún cuando Klopp metió a un cuarto delantero, a Firmino, cuya presencia entre líneas hizo sudar tinta a los de Ancelotti. El técnico italiano seguía sin hacer cambios.

Tuvo que volver a aparecer Courtois para sacar un remate a bocajarro de Salah, el mejor jugador del partido era, de largo, el espigado meta belga. El Madrid tardó desde el gol 24 minutos en volver a amenazar con una contra, demasiado poco, aunque tuvo varias ocasiones a partir de ahí para sentenciar, aunque no tuvo opción siquiera de rematar. Pero daba igual. El Madrid, otra vez, campeón de Europa. La Leyenda continúa. La del Madrid.