| 03 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Pedro Sánchez, en el debate
Pedro Sánchez, en el debate

El plan de Sánchez es otra barbaridad: repartir limosnas con dinero ajeno

El presidente lanza su enésimo paquete de medidas inútiles que agravarán la crisis y solo le servirán a él para disimular la quiebra de España hasta las próximas Elecciones.

| ESdiario Editorial

Sánchez ha demostrado que está lejos de entender la magnitud de la crisis, pero muy cerca de presentarse de nuevo como candidato en las próximas Elecciones, con un nuevo plan de medidas económicas que no atacan al problema e intentan paliarlo, en falso, con el enésimo paquete de medidas populistas basadas en subsidiar a la sociedad en lugar de ayudar a sembrar prosperidad.

En cuanto a los impuestos, se aspira a recaudar un máximo de 3.500 millones de euros anuales a bancos y eléctricas, señaladas por un Gobierno que hace propaganda con ello en lugar de buscar medidas razonables: la revisión general del Impuesto de Sociedades a las grandes corporaciones, más beneficiadas de la laxitud fiscal que las pymes, sería más sensata si se hace con su complicidad, pero no daría titulares.

 

Y hasta eso puede tener efectos perniciosos: fuga de inversores, traslado del coste al usuario o, como ya ocurrió ayer, pérdidas en Bolsa de la Banca de 5.900 millones de euros. El propio Banco de España ha desmontado el discurso del Gobierno sobre los supuestos beneficios empresariales, señalando que, a falta de datos definitivos, pueden haber caído un 6%.

Y la subvención del 100% del transporte público de Cercanías hasta finales de año puede ser un alivio, pero es insostenible como alternativa estable al elevado precio de la energía, que puede mantenerse muy alto durante los próximos tres años. Y no resuelve el problema con la gasolina para millones de personas instaladas en la España rural y en la de extrarradio.

Se trata, pues, del enésimo plan de rescate presentado por Sánchez desde 2020, siempre con recursos procedentes de los Fondos Europeos o del extra de recaudación por la inflación, y no de la bonanza del país: su asistencialismo nace de la cruel paradoja de que, mientras la sociedad se empobrece un 10%, el Estado recauda hasta 19.000 millones de euros más de lo previsto gracias a la inflación.

Una España inviable

La realidad es que España, con esa política de subsidios insostenibles a largo plazo, no ha dejado de padecer la mayor tasa de paro de Europa y la peor recuperación desde la pandemia. Con el añadido de que ha acelerado su deuda y su déficit y lo disimula gracias a una inflación muy beneficiosa para las arcas públicas y muy dañina para ciudadanos y empresas.  

Sánchez ha renunciado, una vez más, a un proyecto reformista del gasto público y a un gran acuerdo con la oposición que, en la línea de los Pactos de la Moncloa de los años 80, atienda de verdad la gravedad de la situación: su clave es estrictamente electoral y su plan asistencialista lo confirma. Hacen bien PP y VOX en denunciarlo y ofrecer una alternativa: la hoja de ruta de Sánchez solo le sirve a él para camuflar su desastre y llegar a las urnas como sea, a costa de agrandar un boquete que ya es insoportable.