Feijóo logra superar a Sánchez en menos de un mes

El “plan anticrisis” de Alberto Núñez Feijóo ha logrado imponerse en la agenda política nacional, pese a los intentos de Pedro Sánchez de sacarlo del debate y anteponer otros como las consecuencias del primer pacto de Gobierno entre el PP y VOX en Castilla y León o el papel de España en Ucrania, con otro despliegue de promoción presidencial con su viaje a Kiev.

La bajada masiva y temporal de impuestos y la reducción del “gasto político” propuestas por el líder del PP suponen, además de unos 10.000 millones de ahorro para los ciudadanos, una enmienda a la política económica del Gobierno, sustentada en la subida de impuestos y gasto público.

La habilidad de Feijóo para presentar su plan, tras sucesivas reuniones con el propio Pedro Sánchez y con los agentes sociales, refuerza su valor: todo el mundo ha entendido que, más allá de los legítimos intereses electorales, se trata de una respuesta elaborada y detallada para trasladar al Estado los esfuerzos que hasta ahora ha hecho la ciudadanía.

Esa idea de que el Estado debe adelgazar su gasto superfluo, que los especialistas sitúan en los 60.000 millones de euros, ha logrado imponerse a la del Gobierno, que va en el sentido contrario: hay que seguir soportando uno de los cinco mayores esfuerzos fiscales del mundo para poder costear el Estado de Bienestar, coartada para el despilfarro y el clientelismo tan a menudo.

Para Moncloa está siendo, pues, un muy mal momento: no ha calado su mensaje de miedo a la “ultraderecha”; todas las instituciones financieras han confirmado malas previsiones económicas para España y su gran rival se ha estrenado con una propuesta fiscal alternativa seductora para las empresas y los trabajadores.

Además, el Gobierno está viendo zarandeada su propia estabilidad: el nacionalismo catalán se ha sublevado por la utilización del programa Pegasus para investigar a sus líderes y Podemos y Yolanda Díaz escenifican en público a diario un enfrentamiento interno por decidir qué papel juega cada uno en una nueva plataforma que intente superar el descrédito del partido impulsado por Pablo Iglesias.

Mientras a Sánchez se le amontonan los problemas, los errores y las contradicciones; Feijóo ha aclarado una agenda alternativa, sustentada en las prioridades de los ciudadanos y con medidas concretas y útiles para paliar tanto quebranto. El contraste entre ambos líderes, en apenas un mes, ya resulta abrumador.