| 06 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Ximo Puig, Antonio Alonso y Jorge Olcina.
Ximo Puig, Antonio Alonso y Jorge Olcina.

Las costuras del Plan Vega Renhace

Me pregunto en qué situación quedan ahora Toño Alonso y su Consejo Asesor si al Vega Renhace se le empiezan a ver las costuras

La Actuación 25 del Plan Vega Baja Rehace, tal como se recoge en el documento aprobado y publicado en la web de Presidencia de la Generalitat, dice textualmente: “Inteligencia artificial aplicada a la agricultura. Entre las acciones de innovación estratégicas en la comarca, se propone la creación de una plataforma personalizable de monitorización y análisis de datos agrícolas a gran escala mediante dispositivos IoT (Internet de las cosas, IoT por sus siglas en inglés). Permite conocer 24 horas, 7 días a la semana el estado del suelo y del cultivo, de la maquinaria en uso, de las condiciones de almacenamiento o del nivel del consumo de energía, etc. Permitirá conseguir: mayor productividad y rentabilidad (automatización de procesos, conocer qué tipo de cultivo es más rentable), mejor uso de los recursos, administrar de manera más eficiente el uso del agua, menor emisión de contaminantes, mejor control de catástrofes y plagas, mayor seguridad en los procesos, mejor gestión comercial. El proyecto incluirá: plataforma de gestión, dron y cámara multiespectral, AGV terrestre, estación meteorológica, recolectores de la información de los sensores (dattaloggers), sensores agrícolas, de conductividad del suelo, de radiación solar, t/h/ambiente, anemómetro y veleta, de nitrato y potasio, CO2, PH, etc. Competencia: Universidad Miguel Hernández y Conselleria de Innovación en colaboración con entidades privadas. Prioridad: 2021”.

Por otra parte, hace unos meses circulaba por algunos despachos de la Generalitat Valenciana un informe relativo a un proyecto transversal que pretendía transformar todo el sector agrario, “con incidencia en el asentamiento de población en zonas rurales”. Se definía como “proyecto tractor”, uno de los 14 que se presentarían, liderado por la propia Generalitat y diseñado para que participaran las Consellerias de Agricultura e Innovación, las tres principales organizaciones agrarias (Asaja, Unió-Coag y Cooperativas) y la patronal autonómica CEV, además de la consultora Innsomnia como oficina técnica. En principio, el proyecto se planteaba a tres años con un presupuesto global de 60 millones, pero se aspiraba a ampliarlo notablemente hasta los 300 millones, para incluir cosas no previstas inicialmente.

Las ayudas de la PAC que se negocian en Europa apuntan a que en tres años el agricultor que no integre procesos de digitalización en sus explotaciones no tendrá acceso al 30% de las ayudas

 

Uno de los principales objetivos era llevar realmente la digitalización al agricultor “porque las ayudas de la PAC que se están negociando ahora en Europa apuntan a que en tres años el agricultor que no integre procesos de digitalización en sus explotaciones no tendrá acceso al 30% de las ayudas” y se consideraba preciso “aprovechar el momento para prepararles”. La visión integral del proceso implicaría a varios segmentos de actores. Por un lado, innovación en abierto directa: grandes multinacionales del sector y tecnológicas necesarias (John Deere, Bayer, Telefónica…), tanto para desarrollar proyectos con startups y pymes tecnológicas como para que instalen alguna filial; empresas medias agroindustriales para co-crear con startups y pymes tecnológicas y digitalizarse o crear productos digitales para el sector; y cooperativas dispuestas a digitalizarse o crear productos digitales para los agricultores.

Asimismo, se contemplaba en el citado documento la innovación en abierto indirecta: think tank liderado por las Consellerias y los agentes agrarios, para lanzar cada seis meses peticiones al mercado sobre necesidades de digitalización. El objetivo de este think tank sería orientar la política digital agraria e influir en el mercado de la oferta por la vía de sus demandas y con la oferta de productos que llegase se crearía un market place, un lugar de encuentro entre la demanda y la oferta de productos digitales para ponerlos al alcance de todo el sector, y sobre todo de los agricultores que no optasen por la vía de las cooperativas o empresas.

 

El proyecto –que contemplaba tanto la agricultura mediterránea, como la continental, la ganadería y el ámbito forestal- terminaba planificando cinco Hubs digitales (cuatro operativos y uno de exposición). Los hubs operativos se establecerían en Morella, Requena, Polinyà de Xùquer y Orihuela. En el Hub Expositivo estarían ubicados proyectos como el centro de ciberseguridad de Telefónica, el centro de digitalización logístico-portuario de Puertos del Estado, y los dos principales centros de digitalización de la banca y seguros de España.

Estos hubs tendrían varios cometidos. En primer lugar, servir como banco de pruebas para testar productos y. en su caso, los que lo desearan podrían recibir la certificación de un sello de calidad de producto digital que estaría expedido por los organizadores del proyecto, en colaboración con los institutos tecnológicos y las universidades. Los hubs también dispondrían de escuela taller para formar a perfiles jóvenes tecnológicos en el manejo y reparación y adaptación de las nuevas herramientas digitales como uso de drones, tractores no tripulados, etc. y centros de co-working para alojamiento ocasional o permanente de proyectos y startups vinculados.

Además, habría tres tipos de formación: generalista para agricultores, mediante sesiones para ponerles al día un par de veces al año en sesiones de inmersión digital (eventos formativos con presencia de expertos, empresas y startups); títulos de Expertos concedidos por la Universidad Politécnica de Valencia para personas con carrera universitaria, on line y en cuatro meses; y ciclos formativos de FP, vía Conselleria.

 

Este, más o menos, que no es poco, era el proyecto inicial.

Pero hete aquí que hace un par de días me desayuno con una noticia, ilustrada con la ya clásica foto de familia numerosa encabezada por Ximo Puig, que llevaba este título: “ASAJA Alicante dirigirá uno de los seis proyectos de transformación tecnológica de Digitalizadora Agraria”. Y sigo leyendo: “El campo se digitaliza a través de los fondos Next Generation, el PERTE Agroalimentario, la financiación del Consell y la iniciativa de empresas tecnológicas y organizaciones agrarias”. Todo parece coincidir –o en caso contrario que alguien lo desmienta- con el documento al que anteriormente nos hemos referido.

¿Y qué hacemos ahora con la Actuación 25 del Plan Vega Renhace? ¿Y con lo previsto en el proyecto inicial presentado por Innsomnia?

 

El proyecto –según la nota informativa- impulsará seis agrohubs (cuatro en la Comunidad Valenciana), que aspiran a ser un referente internacional en la agricultura de alto valor añadido. La Generalitat Valenciana respaldará el proyecto con la inversión de 6 millones de euros para crear campos de pruebas y formación en cuatro agrohubs en los municipios de Requena, Morella, Elche y Polinyà del Xúquer. Observen que se enumeran los mismos cuatro hubs operativos que se indicaba en el informe que hemos resumido, pero con un cambio sustancial: sale Orihuela y entra Elche. Ítem más, a mayor inri: el oriolano José Vicente Andreu, presidente de ASAJA Alicante, que acudió a la presentación del proyecto, afirmó sin pestañear que “Elche acogerá en la Estación Experimental Agraria un hub especializado en innovación en el uso del agua”.

¿Y qué hacemos ahora con la Actuación 25 del Plan Vega Renhace? ¿Y con lo previsto en el proyecto inicial presentado por Innsomnia? Parece –si me permiten el chiste fácil- que ha pasado a dormir el sueño de los justos. Sin embargo, la cosa no es de broma porque despide un tufillo de sectarismo que se expande por sí solo: en efecto, basta con recordar que la consellera del ramo (Mireia Mollà, de Compromís) es ilicitana, que el Ayuntamiento de Polinyà está gobernado por EU, y que Morella, Requena y Elche tienen alcaldes socialistas (Morella, además, tiene molt honorable). Cuestión de peso político, dirán ustedes. Y uno podría hasta llegar a entender que, Digitalizadora Agraria mediante –por cierto, qué nombre tan casposo-, se pretenda vestir con el sayal del agua el santo de la Estación Experimental Agrícola de Elche; lo entendería si no fuera porque en el Plan Vega Renhace figura la digitalización agrícola como uno de los objetivos para el desarrollo económico de la comarca. Pero, además, se trata de un derecho avalado por los números: recordemos que en la Vega Baja, a pesar de representar un 26% de las hectáreas cultivadas de superficie agraria útil, se obtiene el 53% de toda la producción provincial, siendo los principales grupos de cultivos los cítricos (60,1%), las hortalizas (20,4%) y los frutales (9,9%). Y que, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística a los que he podido tener acceso, la Vega Baja registra 6.316 explotaciones agrícolas con una superficie de 48.130 hectáreas, mientras que el Baix Vinalopó cuenta con 2.544 explotaciones agrícolas y una superficie de 14.596 hectáreas. Ergo…

 

Yo me pregunto en qué situación quedan ahora Toño Alonso, entusiasta director de la Oficina del Plan, y su Consejo Asesor, compuesto por gente de buena voluntad, si -por culpa de los intereses espurios y la política de cortas miras- al Vega Renhace se le empiezan a ver las costuras. Y lo siento particularmente porque –pese al escepticismo propio de los años- siempre defendí, frente a otras opiniones de obediencia debida, que en la elaboración del Plan había primado el criterio de gestión frente al de la política partidista. Pero, transcurrido más de un año de su puesta en marcha y visto lo visto, tengo que reconocer que seguramente estuve equivocado.