Todos los militantes del PSOE están obligados a retratarse sobre el "amnistiazo"

Pese al empeño de Moncloa de decretar el apagón absoluto sobre las negociaciones del PSOE con Carles Puigdemont y mientras no deja de crecer la rebelión interna en un sector del partido, Pedro Sánchez es víctima de sus propias promesas y sobre todo dela principal cuando llegó al cargo tras derrotar a Susana Díaz: la militancia.

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Mientras muchos dirigentes territoriales se quejan en privado de la falta de información sobre la ocultada estrategia que comanda Félix Bolaños, algunos barones recuerdan estos días el artículo 50 de los estatutos federales del PSOE, actualizados en el 40 Congreso Federal que los socialistas celebraron en Valencia en octubre de 2021.

Es paradójico además, porque dicho artículo fue fruto de la gran promesa de Sánchez cuando se negó a apoyar la investidura de Mariano Rajoy: consultar a las bases cualquier acuerdo político de envergadura. Era su receta ante las acusaciones que el propio Sánchez a la gestora que presidía entonces Javier Fernández de urdir la decisión de permitir a Rajoy investirse sin transparencia, en una decisión adoptada entre un reducido grupo de dirigentes y de espaldas a los militantes.

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Por eso, el artículo 50 de los estatutos federales es claro y meridiano. En su punto 2 afirma que "en todo caso, será obligatoria la consulta a la militancia, al nivel territorial que corresponda, sobre los acuerdos de Gobierno en los que sea parte el PSOE o sobre el sentido del voto en sesiones de investidura que supongan facilitar el Gobierno a otro partido político...".

Es decir, que Ferraz deberá consultar a sus militantes tanto sobre su opinión sobre la investidura de Alberto Núñez Feijóo como sobre los acuerdos que el PSOE cierre con Junts. La actualización de estos estatutos se aprobó en el 40 Congreso Federal que acabó con la imagen de todos los secretarios generales juntos -Felipe, Almunia, Zapatero y Sánchez- en homenaje a Alfredo Pérez Rubalcaba.

Es sabido lo que el fallecido dirigente socialista opinaba sobre la deriva pactista de Sánchez. Estos días, González y Almunia le han secundado en público. Queda saber si parte de las bases del actual PSOE piensan lo mismo sobre lo que se fragua en Waterloo.