| 16 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Imagen reciente del hemiciclo del Congreso de los Diputados
Imagen reciente del hemiciclo del Congreso de los Diputados

Sumar usará otros idiomas en el Congreso además de catalán, euskera y gallego

Nuestros impuestos van para sanidad y educación, dicen, pero el Congreso tendrá que contratar decenas de traductores para satisfacer a los diputados nacionalistas.

| Benjamín López España

El Congreso de los Diputados debería cambiar su nombre a Torre de Babel o quizás a Manicomio de los Diputados. La política española se ha convertido en algo que roza el surrealismo. Desde luego esto de usar las lenguas cooficiales en el Congreso no es lo más grave ni mucho menos de todo lo que está ocurriendo, pero sí es un síntoma claro del disparate en el que estamos inmersos por obra y gracia de Pedro Sánchez, por supuesto. Enhorabuena a sus votantes. 

En esa carrera alocada del presidente en funciones para mantener su asiento a cualquier precio, ha tenido que tragar con que permita el uso del catalán y/o valenciano, el euskera y el gallego en el Congreso. Un guiño a sus socios separatistas que nos va a costar muchos miles de euros a los españoles que saldrán, cómo no, de nuestros impuestos, esos que dicen que hay que subir para pagar la sanidad y la educación públicas.

A los separatistas no les gusta nada España, pero les encanta el dinero de los españoles. De nuevo, por obra y gracia de Pedro Sánchez. Enhorabuena a sus votantes.

Por cierto, de nuestros impuestos también van a salir las subvenciones a los grupos parlamentarios de Junts y de ERC creados de forma torticera con la cesión de cuatro diputados del PSOE. A los separatistas no les gusta nada España, pero les encanta el dinero de los españoles. De nuevo, por obra y gracia de Pedro Sánchez. Otra vez, enhorabuena a sus votantes. 

Asturias y Aragón también reclaman el uso de sus lenguas

Pero volviendo a lo de las lenguas cooficiales en el Congreso, estamos ya en un punto de locura que lleva a cosas como esta: el diputado de Sumar por Asturias, Rafa Cofiño, afirma que utilizará el bable en algunas de sus intervenciones, gracias a las fórmulas que ya se están estudiando para facilitar su uso, así como de la fabla (aragonés). 

Nuestros impuestos dedicados a que un gallego, un asturiano y un vasco, que hablan español a la perfección, escuchen con pinganillos en el oído el discurso de un catalán. Lo pagamos todos, así que no pasa nada. Eso sí, cuando en privado ese catalán se encuentre en los pasillos del Congreso con el vasco, el asturiano o el gallego, hablarán entre ellos en español, por supuesto.

Puigdemont y Yolanda Díaz hablaron en español el Bruselas. Bien podrían haber llevado traductores, pero habría sido ridículo y absurdo, como lo que va a ocurrir en el Congreso. También otros socios de Sánchez, como Otegi y Junqueras, hablan entre sí en español cuando se ven, pero reniegan de él en el Congreso. 

 

La diversidad que defienden los separatistas es siempre en un solo sentido. Ellos podrán hablar catalán en el Congreso, pero los niños no pueden estudiar en español en Cataluña. Es tremendo todo esto que ocurre por obra y gracia de Pedro Sánchez. Enhorabuena, una vez más, a sus votantes.