Golpes, bofetadas y pisotones en la guardería de los futbolistas del Atlético

Estupor con lo que ha ocurrido en las últimas horas en una guardería de Pozuelo de Alarcón, en Madrid. Dos trabajadoras del centro han sido detenidas por la Policía acusadas de malos tratos a los bebés. Según la denuncia, las profesoras, presuntamente, les daban bofetadas, golpes y pisotones en las manos y en los pies cuando los bebés se movían o hacían algo que ellas no querían. Se trata de la escuela y residencia infantil Pecas SL, centro al que acuden los hijos de varios jugadores del Atlético de Madrid.

Concretamente son Álvaro Morata, Sául Ñíguez, Antoine Griezmann y Mario Hermoso los que tienen inscritos en esta guardería a sus hijos. Sin embargo, y tal y como apuntan fuentes consultadas por ESdiario, ninguno de ellos estaría entre los niños y niñas supuestamente maltratadas por estas dos profesoras de la escuela. Una de las detenidas es una veterana del centro y la que presuntamente habría llevado a cabo esos malos tratos. A la otra arrestada se le acusa de verlo todo y no actuar al respecto, es decir, de connivencia en estas agresiones que sufrían los bebés afectados, que serían cuatro o cinco.

De hecho, según estas mismas fuentes, durante este miércoles llamaron a todos los padres para enseñarles las imágenes que demostrarían dichos malos tratos. Aseguran que son 10 minutos de grabaciones que han dejado en shock y no pueden creer las personas que las han visto. De hecho, uno de esos jugadores, Morata, se personó alarmado en la Comisaría una vez conocedor de los hechos para que le dieran más explicaciones. Ahora los agentes encargados del caso revisarán los dos últimos meses de grabaciones para saber con cuánta frecuencia se producían estas supuestas agresiones a los bebés de esta guardería.

Mario Hermoso, Álvaro Morata y Antoine Griezmann antes de un partido con el Atlético de Madrid.

Fue una becaria que trabajaba en el centro y se marchó del mismo la que puso el caso en conocimiento de la dirección de la escuela infantil, que posteriormente se lo comunicó a la Policía y al Juzgado de Pozuelo. De hecho, fue ella la que grabó de forma clandestina como eran maltratados los menores en varias ocasiones. Unas pruebas que sirvieron a la Policía para pedir las grabaciones de las cámaras de seguridad y corroborar los hechos.

Las dos profesoras han sido puestas a disposición judicial y por el momento y a la falta de ver más imágenes, el juez las ha dejado en libertad con orden de alejamiento y no comunicación con la guardería. Los encargados de la ivnestigación intentan determinar ahora el tiempo que se llevarían produciendo estos malos tratos, la intensidad de los mismos y si puede haber más menores implicados que los vistos en las primeras grabaciones.