El ex diputado Pedro Bofill carga en un artículo contra el presidente del Gobierno al que culpa de la debilidad territorial del PSOE: "Lo más grave es que prima sólo el interés del líder".
A pesar de los intentos del sanchismo por evitarlo, la debacle del PSOE en Galicia está salpicando a un Pedro Sánchez cuyos acólitos capean el temporal como pueden. La realidad es que al socialismo solo le queda servir de apoyo al nacionalismo en tierras gallegas y son muchas las voces que apuntan que la mirada y los esfuerzos se han centrado demasiado en contentar a Junts en Cataluña y Bildu en Navarra, desatendiendo el resto de Comunidades. Y no son pocas. En concreto 15 más.
Territorios donde el Partido Popular ha ido ganando terreno autonómicas tras autonómicas mientras Sánchez se centra sólo en mantenerse en Moncloa a toda costa. En Galicia es evidente que no había proyecto y ha puesto en la palestra el evidente problema territorial del actual PSOE. Es por ello que otro veterano del partido, aprovechando el fracaso en tierras gallegas, ha criticado públicamente a Sánchez, al que acusa de llevar a la formación lejos del electorado como consecuencia de la pérdida de identidad de sus principios y valores tradicionales.
Pedro Bofill, exdiputado socialista y miembro del colectivo Fernando de los Ríos, lo ha hecho en un artículo en El Mundo titulado “La debilidad territorial del PSOE”. Un titular sin florituras que deja a las claras lo que viene a continuación: un análisis de las razones por las que cree que el socialismo ha perdido su credibilidad y por lo tanto la confianza de muchos de sus votantes. Y todo apunta en una dirección: su líder.
“Los continuos ‘cambios’ en la actuación del Gobierno de Sánchez (por utilizar términos de algún que otro predicador socialista) para contentar a sus cuasi coaligados partidos independentistas han contaminado de forma preocupante la realidad política”, escribir un Bofill que cree que todo ello ha podido llevar a confundir a gran parte del electorado con las ideas de que “ser nacionalista es ser de izquierdas” o de que un bloque puede ser progresista también cuando se incluyen en él organizaciones excluyentes y xenófobas tales como Junts, ERC o Bildu.
Lo ocurrido en Galicia es para el también exeurodiputado el claro ejemplo, con destacados líderes socialistas asegurando durante la campaña que BNG y PSOE son prácticamente iguales. Destaca aquí a una portavoz del PSOE que durante la noche electoral llegó a asegurar que lo importante de las elecciones era que “la izquierda había subido”. Argumentos que para Bofill no son los adecuados después de haber perdido 5 escaños de unos comicios a otros.
“Insisto en que la disgregación y debilidad electoral territorial del PSOE responde, en mi opinión, a la pérdida de uno de sus rasgos políticos esenciales: el de ser una organización históricamente integradora de España”, defiende el veterano socialista que con este artículo se une a los Felipe González, Alfonso Guerra y compañía que se han rebelado contra el actual PSOE.
Al igual que ellos también dedica parte de sus críticas a una Ley de Amnistía que considera está poniendo en peligro la concordia, convivencia y sobre todo esa igualdad entre todos los españoles. Todo ello parte de un intercambio de poder por impunidad penal: “Una proposición de ley del Grupo Parlamentario Socialista sirve de instrumento para que sediciosos y prófugos hagan una Ley de Amnistía a su medida y, de esta forma, burlar la Constitución y a los tribunales”.
“Siempre lucharé por que el partido en el que llevo militando 50 años no se convierta en un simple esqueleto presidido por unas rentables siglas electorales: PSOE”, finaliza su contundente artículo Pedro Bofill.