| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Carmen Calvo e Irene Montero
Carmen Calvo e Irene Montero

La "guerra" de Carmen Calvo e Irene Montero se dispara con la salida de Iglesias

La vicepresidenta y la ministra de Igualdad mantienen un duelo por encabezar el feminismo que, con los cambios en el Gobierno, se recrudecerá. Tres leyes resumen la batalla.

| Andrea Jiménez España

La guerra abierta entre Irene Montero y Carmen Calvo por abanderar el feminismo dentro del Gobierno es más que evidente. Y con Pablo Iglesias ya fuera del Ejecutivo, todo indica que se intensificará desde ya mismo, con consecuencias imprevisibles: esta "guerra" va a ser, junto a la Ley del Alquiler, la más intensa entre el PSOE y Podemos en adelante.

El Ministerio de Igualdad tiene empantanadas la redacción de tres normas que se han encontrado con la vicepresidenta del Gobierno enfrente y ninguna de ellas tiene visos de prosperar a día de hoy por las discrepancias existentes entre ambas.

Y es que Calvo es el santo y seña del feminismo socialista y ahora se ha visto obligada a permitir que Irene Montero tenga las competencias en la materia, pero no quiere que un ámbito que se ha convertido en parte del discurso central del PSOE de Sánchez y que consideran que sigue sumando votos termine recayendo en Podemos.

 A la ley del 'solo sí es sí' y a la Ley Trans se le suma también el problema de la prostitución, ya que Montero está trabajando junto a la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, en una Ley Integral contra la Trata, sobre la que Calvo ya ha marcado la postura a seguir.

Aunque ambas, tanto Montero como Calvo, se han mostrado abiertamente "abolicionistas", lo cierto es que la postura inicial del departamento dirigido por Podemos es mucho menos restrictivo y aboga por una "regulación integral de fenómenos de la trata".

De hecho, ya anunciaron la realización de un diagnóstico inicial sobre aquellos aspectos a tener en consideración y "susceptibles de ser reformados para reforzar la persecución de los delitos de trata y de seres humanos y garantizar la mejora de la atención, la protección y la recuperación de sus víctimas".

La trata y la prostitución

Sin embargo, Calvo considera esta postura insuficiente, a pesar de tener en contra a parte del colectivo feminista y a algunos de los colectivos en los que se congregan las prostitutas que exigen una regulación, en lugar de la prohibición total, según confirma ESdiario en su entorno.

Para la vicepresidenta solo existe un camino, la prohibición total de la prostitución, ya que "no es trabajo, es una esclavitud", de manera que hay "trata porque hay prostitución, si no hay prostitución, no hay trata". De hecho, anunció, pese a los trabajos ya explicados por Montero, que el PSOE ya está preparando una norma al respecto.

La ley de Igualdad de Trato abrió otra grieta en la coalición

De esta manera, la tercera norma que intenta llevar a cabo Irene Montero ha vuelto a encontrarse con la contraprogramación por parte del sector socialista del Gobierno, al igual que ya ocurrió con la llamada 'Ley Zerolo', registrada por sorpresa por el PSOE ante la estupefacción de Montero, que ya estaba trabajando en un proyecto similar.

La llamada Ley integral para la igualdad de trato y la no discriminación fue presentada por los socialistas con el objetivo de "garantizar la igualdad de trato de todas las personas, combatir el racismo, reparar y atender a las víctimas de discriminación", según anunció Adriana Lastra, y el enfado de Podemos fue escenificado con una abstención en la votación de la ley en el Congreso de los Diputados,  para denunciar que los socialistas se habían apropiado de un proyecto que habían trabajado de forma conjunta.

Además, se solapa en el contenido con otra de las normas que tiene en marcha Montero y que sigue en el limbo por las diferencias en el seno de la coalición, la Ley Trans, otra de las normas más polémicas de las que intenta poner en marcha Igualdad y que se ha encontrado con el rechazo frontal de varios colectivos feministas.

 

La norma, que permite que, a partir de los 16 años, los menores se puedan someter a cirugía para cambiar su sexo sin autorización paterna, fue filtrada por Podemos con la intención de llevar el anteproyecto de ley al Consejo de Ministros en la primera quincena de febrero, para utilizarla, de nuevo, con intenciones propagandísticas de cara al 8-M, pero de nuevo fue paralizada porque "solo recoge los postulados de Unidas Podemos".

Además, las prisas con las que Montero quiso tener listo el texto, chocaron con Moncloa, que considera que "es necesario dotar al anteproyecto del rigor constitucional que requiere cualquier norma que regula derechos".

Algo similar ocurrió hace exactamente un año con el otro proyecto estrella de Montero, la Ley Orgánica de Garantía Integral de la Libertad Sexual, la llamada ley del solo sí es sí. En febrero de 2020, el Gobierno aprobó la tramitación de la ley, que derivó en una enorme controversia entre socialistas y morados por su cuestionable -según el PSOE- calidad jurídica.

La llamada 'ley del solo sí es sí', presentada el año pasado, sigue aún sin pasar por el Consejo de Estado por lo que su tramitación aún se ve lejana

De hecho, el propio Consejo General del Poder Judicial aprobó por unanimidad hace pocas semanas un demoledor informe sobre la norma que cuestionaba los dos pilares de la ley orgánica: el consentimiento expreso y la supresión de la distinción entre abuso y violación/agresión, por lo que sigue en el limbo.

Además, tal y como informó ESdiario, ni la vicepresidenta Carmen Calvo ni el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, han querido arriesgarse a que el texto reciba más críticas, esta vez por parte del Consejo de Estado, última instancia por la que tiene que pasar antes de ser devuelta a Moncloa para poder poner rumbo al Congreso de los Diputados y han obligado a la ministra de Igualdad a aceptar nuevos cambios.

De esta manera, a día de hoy los grandes proyectos de Igualdad siguen paseándose por las instituciones sin que lleguen a ponerse en marcha debido a una pelea interna en la que Calvo y Montero solo buscan el protagonismo y convertirse en las abanderadas del movimiento feminista.