El presidente del Gobierno ha despreciado a los centenares de policías y guardias civiles que tuvieron que desplegarse en Cataluña para parar el procés.
Pedro Sánchez ha despreciado a los centenares de policías que intentaron frenar a los golpistas catalanes durante el procés, llamándoles "piolines", haciendo referencia al apodo despectivo con el que se bautizó al barco en el que tuvieron que alojar a los 800 efectivos de Policía y Guardia Civil durante aquellos días de octubre de 2017.
El presidente del Gobierno, en respuesta a la pregunta planteada por la portavoz del PP, Cuca Gamarra, acerca del chantaje continuo que están realizando los independentistas al Ejecutivo tras el caso Pegasus, ha asegurado que "ustedes mandaban piolines a Cataluña y con nosotros la selección española de fútbol puede jugar en Cataluña sin ningún tipo de problema ni polémica".
En concreto, Gamarra ha centrado su intervención en la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, en el espionaje y ha recordado al jefe del Ejecutivo que su Gobierno "nació de un pacto diabólico" con aquellos que sabía que estaban siendo investigados. "¿Qué le va a conceder al espiado Aragonés?", se ha preguntado.
Gamarra ha afirmado que quedan "muchas incógnitas" que Sánchez tiene que despejar sobre las investigaciones del Centro Nacional de Inteligencia tras el cese de su directora, Paz Esteban, y ha aseverado que "no puede negar que estaba al corriente de a quién se investigaba y por qué". Por eso, le ha emplazado a aclarar que, si lo sabía, qué relación política estableció y llegó con los investigados.
"Es un auténtico disparate negociar la investidura con los que estaban siendo investigados por el peligro que suponían para el Estado de Derecho", ha exclamado la dirigente del PP, para recriminar a Sánchez que en esas circunstancias les "abriera la puerta de La Moncloa".
"Usted sabía con quién pactaba y que no podía salir bien. A ver si nos cuenta hoy aquí a todos los españoles qué va a entregar en su próxima reunión al espiado Pere Aragonès".
— Partido Popular (@populares) May 18, 2022
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Sánchez, que ha echado en cara a Gamarra que le pregunté lo mismo que ya le formuló Pablo Casado hace meses, ha sacado a relucir la "libretita" de Bárcenas y ante el revuelo provocado en la Cámara por aludir a la condena por "corrupción" del PP, ha proclamado: "Las verdades duelen". Además, ha asegurado que el Partido Popular "de hoy, ayer y antes de ayer práctica la misma oposición negacionista contra el interés general de los españoles".
En este punto, es cuando el presidente ha presumido de su relación con los independentistas y ha despreciado a los policías. "Ustedes mandaban piolines a Cataluña y con nosotros la selección española de fútbol puede jugar en Cataluña sin ningún tipo de problema ni polémica", ha asegurado.
Además, ha reiterado que "más del 75% de Cataluña no considera la independencia de Cataluña una prioridad", ha dicho el presidente, y afirma que "la receta se llama concordia frente a la discordia que ustedes siempre siembran con Cataluña ya sea en el gobierno o en la oposición".
Poco después el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, ha intentado enmendar el desprecio del presidente asegurando que lo que pretendía Sánchez era cuestionar las condiciones en las que llegaron los agentes a Cataluña.
Por otra parte, Sánchez ha reconocido que está dispuesto a dejar su agenda en manos del independentismo para calmar los ánimos tras el 'caso Pegasus'. Será el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, el que diga cuándo y cómo se celebre la reunión entre ambos para zanjar el asunto y reconducir una relación entre el Ejecutivo y ERC que es vital para la supervivencia del Gobierno.
Así, ha sostenido que está dispuesto a reunirse con el presidente de la Generalitat o a convocar la mesa de diálogo con Cataluña en cuanto la parta catalana así lo decida, ya que sostiene que su apuesta por el diálogo es "total, absoluta y rotunda".
Lo ha dicho a preguntas de la portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurua, quien considera que la mayoría que facilitó la investidura de Sánchez en 2020 ha quedado "tocada" tras la polémica por el espionaje a políticos independentistas. ERC, principal aliado parlamentario del Gobierno de coalición, ya ha dicho que una reunión de Aragonès con Sánchez y una nueva reunión de la mesa bilateral ayudarían a resolver esta crisis.