
Las comunidades autónomas serán las que decidan si aplican la norma o no puesto que las competencias de vivienda son suyas.
El Gobierno ya tiene sobre la mesa su nueva Ley de Vivienda, tras muchos tiras y aflojas entre los socios de la coalición, finalmente Podemos se ha salido con la suya imponiendo un control de precios al alquiler que, en primer lugar no tendrá un efecto inmediato y que queda en manos de las comunidades autónomas y ayuntamientos, ya que serán los encargados de decidir si quieren aplicar en su territorio los mecanismos. Pero muchos ya han avisado que no tienen intención de imponer una norma que atenta contra la propiedad privada.
En primer lugar, no será inmediata porque el Gobierno ha decidido darse un plazo máximo de 18 meses, desde la entrada en vigor de la futura ley de vivienda, para trabajar con las comunidades autónomas y las administraciones implicadas los índices de precios de los alquileres que servirán de referencia a los territorios para aplicar las limitaciones e incentivos que se contemplen en esa norma, por lo que entre trámites parlamentarios y negociaciones la norma no se aplicará antes de dos años.
Además, el entendimiento entre Comunidades y Gobierno parece poco probable, por el carácter intervencionista de la misma. De hecho, el PP ya ha avisado que pretende llevar la norma ante el Tribunal Constitucional y los presidentes autonómicos del partido ya han mostrado su total oposición.
De hecho, la Comunidad de Madrid ya ha anunciado que defenderá a los propietarios y les "blindará" frente al proyecto de Ley de Vivienda nacional "intervencionista" que han pactado el PSOE y Podemos y que, en caso de aprobarse, obligará a los grandes propietarios a bajar los alquileres y congelará el precio a los particulares.
"Lo que hemos conocido nos parece de una enorme gravedad porque cercena la libertad de los ciudadanos. No se puede poner en riesgo a quienes han ahorrado toda su vida. Es una medida intervencionista, que no puede tener cabida en una democracia liberal y avanzada", ha manifestado, la consejera madrileña de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura, Paloma Martín.