| 21 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Yolanda Díaz junto a Belarra y Montero
Yolanda Díaz junto a Belarra y Montero

Podemos, en pánico por las dudas de Yolanda, suspira por un "efecto Mélenchon"

Las elecciones francesas son analizadas con lupa por los podemitas, que consideran que corroboran su propuesta de frente amplio de izquierdas bajo un único líder carismático

| E. M. España

Jean-Luc Mélenchon, el candidato de Francia Insumisa, o lo que es lo mismo, la versión francesa de Podemos, obtuvo un resultado histórico para la extrema izquierda francesa con el 22% de los votos y se quedó a punto y medio de obrar el milagro de pasar a la segunda vuelta y superar a Marine Le Pen.

Un dato que ha hecho encender la alarma en la formación morada ya que Francia marca el camino de lo que deben hacer si quieren sobrevivir y crecer cuando se convoquen las elecciones en España.

La primera lección que extraen en Podemos del efecto Mélenchon, y que más preocupa y pánico genera, es el riesgo de ir divididos y como eso trae malas consecuencias electorales. A nadie se le escapa en la formación de Ione Belarra que si Mélenchon no ha quedado segundo es porque la izquierda francesa iba dividida entre podemitas, socialistas, verdes y anticapitalistas. Todos juntos podrían haber conseguido el objetivo.

El propio Pablo Iglesias o Juan Carlos Monedero, fundadores de Podemos, alertan de este peligro de división. “Sabíamos, como en una bola de cristal, que si la izquierda iba dividida pasaban Macron y Le Pen”, señala Monedero. “Mélenchon no recibió el apoyo del Partido Socialista, verdes, comunistas ni anticapitalistas. Ha estado al borde de la segunda vuelta. Hoy pide frenar a Le Pen”, reprocha Iglesias.

 

Captura_de_pantalla_2022-04-13_a_las_14.12.28

Pablo Iglesias con Mélenchon

 

Esto por tanto carga de motivos la necesidad de el tan cacareado frente amplio de izquierdas como defiende la futura candidata de Unidas Podemos, Yolanda Díaz. Y más con un Vox en auge -al estilo del subidón de Le Pen- y un PP recuperándose tras la llegada de Feijóo. En Podemos ya circula de preocupación de que no se logre esa plataforma conjunta y eso pase factura electoral, dejando el terreno para una mayoría de derechas en el Congreso.

 

El otro factor es el del líder carismático. Yolanda Díaz no es Jean-Luc Mélenchon, al que se ha debido en parte el buen resultado del Podemos francés, pero Francia deja claro que no puede haber multitud de referentes personales y la futura plataforma sólo puede llevar un líder al frente. Esto, en una izquierda con tantos personalismos -Errejón, Teresa Rodríguez, Díaz, Belarra, Montero, Oltra, Colau…- es un hándicap importante.

El efecto Mélenchon deja por tanto un argumento importante para que Díaz ponga en marcha su frente amplio, el cual se está haciendo de rogar y no acaba de materializarse para desesperación de las huestes podemitas, quizá porque está encontrando piedras por el camino como la imputación de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, o la previsible investigación de la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra.