El Gobierno reconoce en público que no podrá gobernar en solitario

Si Sánchez aspira a repetir mandato otros cuatro años más tendrá que ser de la mano de un nuevo Frankenstein que le apoye. Es algo evidente y obvio a tenor de todas las encuestas incluida la de Tezanos y su CIS. Lo sorprendente es reconocerlo en público. Que un partido como el PSOE, otrora hegemónico, salga a la contienda electoral con un mensaje de perdedor es inaudito y denota cómo están los ánimos en la Moncloa.

Ha sido Félix Bolaños el que, probablemente sin querer, ha reconocido ante la prensa -y eso es lo novedoso y sorprendente- que el PSOE no aspira a gobernar en solitario. "Quiero mostrar todo nuestro respeto a Sumar (…) Es muy buena noticia para nuestro país y para todos los votantes progresistas que todas esas fuerzas políticas variadas, que están a la izquierda del Partido Socialista se organicen y vayan unidas a las elecciones”, ha dicho al respecto.

Bolaños ve una "muy buena noticia para España" el lanzamiento de Sumar, aunque sería "mejor" si se uniese Podemos: "Fue un día para que los votantes progresistas tengan la ilusión de que haya una legislatura más con Pedro Sánchez" https://t.co/jkgRZTmi9x pic.twitter.com/FD65u2V9uF

— Europa Press (@europapress) April 3, 2023

El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños

Es un reconocimiento directo, claro y público de que el PSOE no aspira a ser un partido hegemónico sino a sumar con Sumar, valga la redundancia. En un símil futbolístico estaríamos ante un equipo que aspira a llevarse el campeonato pero reconoce que va a perder en la última jornada antes de jugarla  y que depende de que otros ganen a sus perseguidores inmediatos para llevarse el título.

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Desde dentro del propio PSOE algunos que todavía ven al Rey desnudo y se atreven de vez en cuando a decirlo con timidez están alertando de lo equivocado de la estrategia perdedora. “La dirección de mi partido ha llegado a la conclusión de que va a necesitar muletas”, ha dicho al respecto el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. “Entiendo que puedan cuidar a una de ellas, pero yo creo que antes de plantearte ese escenario hay que intentar obtener la máxima confianza posible de la ciudadanía y no renunciar a las mayorías” porque, añade, “los dos partidos centrales de la política española deben aspirar a tener una mayoría”.

El propio Page alerta además del efecto perverso de alimentar a un rival que puede acabar volviéndose contra el PSOE. “Conozco gente que ahora mismo está dudando entre votar al PSOE o a Yolanda Díaz a nivel nacional”, explica este barón socialista que ha quitado cualquier logo de su partido de la propaganda electoral. La marca resta, lo que en el fondo es otro reconocimiento implícito de que es casi imposible que Sánchez gane.

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Ese miedo a que Yolanda Díaz acabe mordiendo la mano que le ha alimentado se ha instalado en Moncloa. Según cuenta El Mundo, las tripas, la letra pequeña de los datos del CIS, detectan que Sumar le quita ya 200.000 votos al PSOE sin tener aún una mínima estructura o un proyecto consolidado. Y eso ha encendido todas las alarmas en Moncloa.

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Díaz, aunque igual de radical ideológicamente que Iglesias, tiene otras formas muy diferentes, mucho más suaves, que le hacen parecer más moderada, más próxima al PSOE. Por lo tanto, es probable que algunos votantes socialistas hartos de Sánchez vean en ella una alternativa. Jugar con fuego es peligroso.