| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Yolanda Díaz, Ione Belarra e Irene Montero.
Yolanda Díaz, Ione Belarra e Irene Montero.

Afines a Yolanda Díaz sospechan de una operación para tumbarla como candidata

Pese a lo que pregonan en público, la formación morada se encuentra en una situación crítica, con dos bloques claramente alineados. El de la ministra de Trabajo y el de Belarra y Montero.

| Roberto Anguix España

 

El partido morado siempre ha sido un hervidero de luchas y peleas intestinas. Pero en los últimos tiempos el nivel de apuñalamiento interno ha llegado a tal punto que entre el sector más cercano a la ministra y vicepresidenta detectan maniobras para descabalgarla.

La salida de Pablo Iglesias como líder de Unidas Podemos sólo ha servido para incrementar la descomposición interna del partido. Pese a lo pregonado en público, la formación morada se encuentra, en estos momentos, en una situación crítica, con dos bloques claramente alineados: por un lado, el de la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, y por el otro, el de las titulares de Igualdad y Derechos Sociales, Irene Montero y Ione Belarra.

¿Es Yolanda Díaz una candidata inamovible?

El entorno de Díaz, en concreto, sospecha de la existencia de una guerra sucia de baja intensidad contra la ministra y apunta hacia antiguos fieles de Pablo Iglesias que se mueven en la sombra en torno a Montero y Belarra. Se trataría de una campaña, según aseguran, destinada a descabalgar a Díaz de la posibilidad de ejercer como candidata de Unidas Podemos en unas próximas elecciones generales.

 

El bloque contrario a Díaz, que actúa, sobre todo, por ansia de garantizarse cuotas de influencia y poder, estaría integrado, según señalan fuentes del partido morado, por ‘fontaneros’ y notables que se han movido en torno a Iglesias y buscan conservar sus prebendas en el nuevo alineamiento.

Una estrategia no precisamente nueva

La táctica de la guerra sucia interna no es nueva. De hecho, en Unidas Podemos hay auténticos especialistas en la cuestión que no han dudado en movilizarse, incluso recurriendo vía filtración a medios conservadores que atacan en público, contra otros enemigos. Los Anticapitalistas, Teresa Rodríguez o Iñigo Errejón han conocido el alcance de esas actuaciones.

Esa labor de oposición a Díaz se lleva a cabo a base de críticas a nivel interno sobre el grado de autonomía de la vicepresidenta tercera o la popularidad y alta valoración alcanzada como una de las principales figuras del entorno morado en el Ejecutivo. También se le reprocha haber establecido cuotas de diálogo con el empresariado y haberse “plegado” al Ejecutivo de Pedro Sánchez y a los medios no afines a Unidas Podemos.

 

El objetivo, según apuntan, consiste en presentar a Díaz como una arribista, un “electrón libre” que no guarda lealtad a la cúpula de Unidas Podemos. Poco importa que a Díaz le tocase la papeleta de sustituir a Iglesias como cabeza del partido en el Gobierno de coalición prácticamente sin previo aviso y por imposición del exlíder. Para ello, además, se intenta aprovechar la existencia de presuntas discrepancias con Montero y Belarra, con quienes mantiene una relación más fría que con Iglesias. 

Los afines a Díaz creen tener identificado el núcleo central “irradiador” -como diría Errejón- de estas maniobras. Pero, por ahora, prefieren actuar de forma defensiva, desactivando los ataques contra la ministra de Trabajo y aguardando el momento propicio.