Belarra intensifica su presión a la vicepresidenta para que aclare sus intenciones y haga público su proyecto. Pero la líder de Sumar tiene otra prioridad: que el 28-M no le salpique.
Acaba el 2022 y Yolanda Díaz sigue manteniendo en ascuas a Podemos. El “espacio”, como le gusta llamar a UP la cúpula morada, afronta un trimestre decisivo para su futuro sin noticias de la vicepresidenta segunda. Cabe recordar que en las elecciones del 28-M, los de Ione Belarra e Irene Montero se examinan en las urnas. Pero Díaz y su Sumar, no.
En estas últimas horas las dos líderes -distanciadas y con escaso feeling personal- de Unidas Podemos ha revalidado su diálogo de sordos de este año que termina. A las urgencias porque se aclare ya que Belarra lanzó este martes en la SER, Díaz respondió 24 horas después visiblemente molesta: “Que yo sepa no hay convocadas elecciones generales en España”, zanjó la número tres del Gobierno.
Fuentes del entorno de Díaz consultadas por ESdiario reiteran que ninguna presión de Podemos va a alternar los planes de la líder de Sumar. “Toca proceso de escucha”, se reafirman.
Pero donde no va a “escuchar” Díaz es en los mítines de la precampaña y campaña de Podemos para las autonómicas y municipales.
Yolanda Díaz sigue exhibiendo su relación bilateral con Sánchez a espaldas de Podemos, como este mismo martes.
Estas mismas fuentes reconocen que Díaz prepara una estrategia secundaria y de perfil y que participará en “muy contados” actos electorales. La idea de la vicepresidenta es que la previsible debacle de los de Belarra no le salpique a ella.
Porque además, Díaz sigue sumando apoyos -y exdirigentes morados purgados en su día por Pablo Iglesias- en las autonomías en las que Podemos es testimonial y ha fracasado. En Madrid, Andalucía, Cataluña, Galicia y Comunidad Valenciana.
Y mientras Belarra y Montero -con Iglesias entre bambalinas- azuzan las prisas contra Yolanda Díaz, ella opta por una cuidaísima estrategia de marketing e imagen. Próxima cita este domingo en Brasil. Junto al Rey y en la toma de posesion de Lula. Otra palada de tierra sobre las expectativas electorales de Podemos el 28-M.