| 06 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Gabriel Rufián y Oriol Junqueras (ERC) posan junto a Arnaldo Otegi y Jasone Agirre (EH Bildu) en un acto conjunto de ambos partidos en Durango el pasad0 10 de julio
Gabriel Rufián y Oriol Junqueras (ERC) posan junto a Arnaldo Otegi y Jasone Agirre (EH Bildu) en un acto conjunto de ambos partidos en Durango el pasad0 10 de julio

Sánchez y sus socios: las 3 claves que unen a Junts y el PNV con Bildu y ERC

Los partidos que quieren acabar con España se unen en torno al PSOE por varios motivos que les favorecen y que tienen muy poco que ver con "parar a la extrema derecha".

| Benjamín López España

La idea que venden estos días todos los potenciales socios de la coalición Frankenstein 2.0 es que hay que "frenar a la extrema derecha" y conformar un "gobierno de progreso"para seguir avanzando en derechos y protección social. Nada más lejos de la realidad. Esto no va de izquierda y derecha, ni del “no pasarán” que coreaban en Ferraz la noche electoral. Un mínimo análisis lo demuestra: ni Junts ni el PNV tienen nada que ver con la izquierda, son dos partidos de derechas, con planteamientos económicos, fiscales y sociales alejados de lo que promueve el PSOE, Bildu y ERC.

Dónde está entonces el punto o puntos en común que unen a todos los socios de Sánchez. Hay probablemente una cuestión por encima de todas y otras dos que se derivan de la primera. 

1.- La independencia es el objetivo común de todos los socios

Es evidente que todos los socios de Sánchez son separatistas. Junts, PNV, ERC y Bildu defienden la independencia de sus territorios más allá de hacerlo desde posiciones ideológicas de izquierdas o de derechas. 

 

Aunque desde el Gobierno la ministra María Jesús Montero ha llegado a señalar en alguna ocasión que lo que une al PSOE y sus socios independentistas es "el amor por España", la realidad es que la separación del País Vasco y Cataluña es su principal aspiración y lo que en última instancia subyace detrás de sus políticas y alianzas.

El procés les ha dado todavía mayor convicción en ese objetivo. Huelen que están ante una oportunidad histórica, con un Gobierno que está por la labor, como mínimo, de explorar fórmulas en esa dirección y que en todo caso no es inmovilista. 

 

2.- Sánchez tiene una posición parlamentaria muy débil y es presa fácil 

La pasada legislatura ya se vio que Sánchez tenía una posición de mucha debilidad, con solo 120 escaños, a 56 de la mayoría absoluta. Por si fuera poco su socio de Gobierno -Unidas Podemos/Sumar- es también favorable a un referéndum de autodeterminación. En eso sí coinciden sin fisuras tanto Pablo Iglesias como Yolanda Díaz.

Pedro Sánchez, eufórico, preside la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal celebrada el 24 de julio

Sánchez ha sido un presidente que no podía ni nombrar ni destituir a parte de su Ejecutivo y que dependía en todo momento de ERC y Bildu para mantener una estabilidad parlamentaria que le permitiera acabar la legislatura. Era presa fácil, como se ha podido comprobar con los indultos, las modificaciones del Código Penal -malversación y sedición-, las concesiones a Bildu en la ley de Memoria Democrática…

Lo que es bueno para los enemigos de España es malo para España y Sánchez ahora mismo es muy bueno para los que quieren acabar con nuestro país

Esa debilidad ahora es mucho mayor. El PSOE ya no es la fuerza más votada, tiene en contra 169 votos en el Congreso (136 del PP y 33 de Vox), más uno de UPN y otro de Coalición Canaria. 171 votos que le pueden hacer las cosas muy muy difíciles. También tienen el Senado en contra, con mayoría absoluta del PP y 10 comunidades gobernadas por el centro derecha. 

En esas circunstancias Sánchez es mucho más frágil, tiene mucha más dependencia de sus socios separatistas y, por lo tanto, le pueden apretar aún más y subirle el precio de sus apoyos. La gobernabilidad de España descansa más que nunca sobre los partidos que quieren acabar con España. 

3.- Impedir que partidos que defienden la unidad de España puedan gobernar

Ante esta situación, los separatistas de izquierdas y de derechas lo que no quieren bajo ningún concepto es perder ese chollo político que representa Sánchez. Por eso le van a apoyar siempre. La alternativa sería en todo caso peor para sus intereses. 

 

No quieren un gobierno de derechas y mucho menos un gobierno fuerte de derechas que no solo no cedería ni un centímetro a las aspiraciones soberanistas de ERC, Bildu, Junto y PNV sino que darían marcha atrás en muchas cuestiones o, al menos, en algunas que son importantes para ellos, como la tipificación del delito de sedición y la inclusión en el Código Penal del delito de convocatoria ilegal de referéndum. 

En definitiva, el objetivo de los separatista es claro: mantener en el poder a Sánchez el mayor tiempo posible para seguir avanzando hacia su meta, la independencia. Cuanto más tarde en volver a gobernar la derecha, mejor para ellos. El problema es que lo que es bueno para los enemigos de España es malo para España y Sánchez ahora mismo es muy bueno para los que quieren acabar con nuestro país.