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Policías el 1-O.
Policías el 1-O.

Sánchez ve tortura en cargas a indepes y avala porras, pelotas y gases en Ferraz

Con 560 agentes heridos y tres lisiados por el procés, el presidente amnistía a sus agresores pero no a sus más de 60 policías imputados, incluidos quienes cumplían sus órdenes.

| Francisco Mercado Investigación

 

 

45 policías nacionales imputados por desalojar con mandato judicial colegios del 1-0. Los hechos según un juez -no acusado de lawfare- pueden ser tortura y atentado contra la integridad moral. Ambos delitos están excluidos de la amnistía sanchista. Cinco agentes por delitos de lesiones. Y una quincena que por orden de Sánchez reprimieron el tsunami en 2019 (atentado contra  la integridad moral).

Sánchez compra que torturaron en la calle a los indepes con forcejeos o porrazos mientras hoy bendice en Ferraz pelotazos y gases. Amnistía a todo terrorista sin condena firme, pero no a sus más de 60 agentes sin sentencia. Los policías no piden amnistía, sino justicia: "no somos delincuentes".

 

"Comete tortura la autoridad o funcionario público que, abusando de su cargo, y con el fin de obtener una confesión o información de cualquier persona o de castigarla por cualquier hecho que haya cometido o se sospeche que ha cometido, o por cualquier razón basada en algún tipo de discriminación, la sometiere a condiciones o procedimientos que por su naturaleza, duración u otras circunstancias, le supongan sufrimientos físicos o mentales".

¿Torturaron policías en la calle a indepes para arrancarles secretos ante la prensa y miles de testigos? ¿Un Lasa y Zabala en cada colegio?

Los indepes tienen como mártir de la represión estatal un tuerto tras miles de actuaciones policiales contra un golpe de estado y el mayor acto de terrorismo callejero. Terrible saldo de un estado represor con más de 560 agentes heridos.

El código penal define atentado contra la integridad como trato degradante. Pero se usa contra agentes a los que no cabe atribuir torturas. Lo hace el juez que imputa a 45 agentes. Ambos delitos llegan a seis años de prisión. El mismo tiempo que Puigdemont lleva huido.

Las denuncias de torturas adjuntan partes de lesiones. La casi totalidad no son impeditivas. Al día siguiente estaban trabajando o en la mani. Narran hechos tan violentos como que "se rasgó su pantalón al ser desalojado" o fueron "sacados a rastras". ¿Cómo desalojan los policías de Francia, Alemania, Reino Unido ... a los manifestantes que se resisten? ¿Y mossos o ertzainas?

¿Cómo expulsa estos días Sánchez manifestantes de Ferraz? ¿Con porrazos, botes y pelotazos... o lecturas de la Biblia? El juez dice que no se puede golpear desde arriba. ¿Qué hacer con los sentados? No vale ni a rastras ni a golpes en Cataluña, pero en Ferraz sí.

El juez que ve torturas en andisturbios reseña agentes lesionados. 20. Pero no investiga qué indepe les hirió ni su lesión. Menudean denunciantes que abandonan el sumario contra los agentes. ¿Son torturados y perdonan a sus verdugos? 

Este magistrado, tras conocer 100 denuncias de indepes, decía: "Nos encontramos con un número aún indeterminado de presuntos delitos de lesiones, la mayoría de los cuales sin duda deberán calificarse como delitos leves al no requerir los lesionados tratamiento médico o quirúrgico". Lo que veía en 2017 delitos leves, en 2023 cree que son torturas.  Ni Puigdemont ni Sánchez lo ven amnistiable.

 

Policías asediados el 18-O  de 2019  ante la comisaría de Via Laietana en Barcelona.

"La actuación de los cuerpos policiales actuantes podría estar amparada por la causa de justificación de cumplimiento de un deber y, en algunos casos, por la legítima defensa", defendía la fiscalía. Hoy calla sobre amnistía y torturas.

Este juez también imputa a cinco agentes por inutilizar el 1-O  con un pelotazo, tras rebote en el suelo, el ojo de un indepe que, previamente, les arrojó una valla. El juez le procesó por atentado a la autoridad. La amnistía borra su delito. El de los cinco agentes, no, a tenor de sus denunciantes.

 

Excluye a quienes causaron la pérdida de un órgano dolosamente. La amnistía no precisa ni aquí ni en la tortura o trato degradante quién fija la existencia del delito o dolo. Sin sentencia, Sánchez ya sabe quiénes son culpables.

El viacrucis policial suma una denuncia de una detenida en 2019 con Sánchez. Tardó un año en apreciar delito contra su integridad moral. No cabía otra. El médico escuchó que "le pisaron y golpearon la cabeza, fue arrastrada y le partieron un labio". Pero firmó "dolor no especificado" y le recetó paracetamol.

¿Cómo expulsa hoy Sánchez manifestantes de Ferraz? ¿Con porrazos, botes y pelotazos o lecturas de la Biblia? El juez dice que no se puede golpear desde arriba. ¿Qué hacer con los sentados? No vale ni a rastras ni a golpes en Cataluña, pero en Ferraz sí.

Un año antes la policía le acusó no sólo de arrojar a sus funcionarios piedras, bolas de petanca, canicas..., sino de dirigir las algaradas telefónicamente. El juez lo acreditó, pero denegó volcar su móvil. No quiso saber, a diferencia del linchado García Castellón, quién dirigía el tsunami.

Su asedio a la comisaría de Via Laietana hirió a 58 agentes. Tres graves. Uno casi muere. Una quincena de agentes está en la diana del juez por cargar bajo mandato sanchista. Nadie le acusa de lawfare.

Los indepes tienen como mártir de la represión estatal un tuerto tras miles de actuaciones policiales contra un golpe de estado y el mayor acto de terrorismo callejero. Terrible saldo de un estado represor con más de 560 agentes heridos. Y tres lisiados de por vida. El procés les jubiló. Pero Sánchez no les debe 7 votos.