Alberto Herrera se sincera sobre sus padres, Carlos Herrera y Mariló Montero

Alberto Herrera es el hijo mayor de dos comunicadores de refencia, Carlos Herrera y Mariló Montero; y hermano de una de las top models españolas con más proyección internacional, Rocío Crusset. Pero además, tiene sello propio y este verano lo muestra a diario en el segundo tramo de Herrera en Cope, junto a una periodista de la casa Bárbara Archilla.

Es una novedad para quien hace nada no pensaba dedicarse a la radio. Y de ello y otros secretos profesionales y personales ha charlado con Salvador Sostres en ABC, en una de las entrevistas estivales que el periodista hace con personajes de distinto tipo buscando en ellos un ejercicio de sinceridad que, en este caso, se produce incluso para hablar de sus famosos padres.

El planazo para su cumpleaños que Alberto Herrera desvela a su padre en directo

"Jamás pensé que iba a trabajar en la radio, y menos siendo el hijo de Carlos Herrera. Yo siempre había dicho que Michael Schumacher hay uno y el hijo estorbaba", comenta en referencia a su aterrizaje en la radio generalista, tras un año calentando motores con un programa musical especializado en Rock FM.

Y prosigue, a sus 29 años y en un tono reverencial y agradecido hacia sus progenitores: "Un día a mi padre le falló un invitado en Radio Carlitos y me hizo a mí la entrevista. Y mi padre me dio una sección en el programa. Entonces me enganché a la radio. Fue instantáneo e inesperado. Nunca me lo habría imaginado", añade, revelando además que su padre no se enteró hasta el último momento de oferta estival de la COPE que le tiene ahora en antena cada día de 10 a 12.

La advertencia en el pueblo de Mariló Montero

Para finalizar, tras explicar cómo se fue a Australia para buscarse la vida con la intención de instalarse allí definitivamente, cuenta una anécdota impactante que junta a sus padres, separados desde hace tiempo:

"Mi madre es de Navarra y estábamos en su pueblo, Estella, celebrando las fiestas, que son como los Sanfermines pero en pequeño. Yo tendría 15 años, iba vestido de blanco pero en la camiseta llevaba una pequeña bandera de España. Uno se acercó y me dijo: «Lástima que no explotara la bomba de tu padre»".