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Pedro Simón en una terraza de Madrid.
Pedro Simón en una terraza de Madrid.

Pedro Simón: "Cuando escribo ficción soy Dios, me abstrae y me obsesiona"

El periodista de El Mundo habla de "Los ingratos", un viaje espacial y temporal a la infancia, una goleada sentimental y un homenaje a la mujer. La novela ya va por su tercera edición.

| Pacho Rodríguez Medios

 

Zapatillas rojas, pantalón vaquero y una camiseta de Tom Waits. En un giro de los suyos podría decirse que parece el chico de ayer, ahí en su Carabanchel. Pedro Simón (Madrid, 1971). Un tipo que en esto del periodismo no dirá lo que quieras oír. Dirá la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad. Hasta que cuando El Mundo se le queda pequeño se pasa a la literatura.

Dice esta mañana de Sol en Carabanchel que está de suerte. Lo dice él, que yo, no. Que si la suerte es lo bien que escribe, lleva de suerte toda la vida. Se refiere a que su novela Los ingratos, un viaje espacial y temporal a la infancia (años 70/80), y que además es una goleada sentimental y homenaje a la mujer, alcanza ya la tercera edición además de haber sido ganadora del premio Primavera de Novela. Es, por tanto, un compren sobre seguro.

- Está muy bien su novela. Es Pedro Simón puro y duro como un buen abrazo pero hay lugar para muchas voces. La referencia a lo rural, a la mujer, a la España de los 80, a la edad de la inocencia, al despertar...

- ... Al miedo, al dolor, a la soledad, la espera, los hijos... ¿A que no pasan grandes cosas? Yo creo que en realidad escribes sobre ti. Y en este caso, sobre las cosas normales, que son las que nos tocan a todos. Toda ficción es autoficción. El libro también tiene que ver con nuestra vida y los afectos. Esos que a veces no se expresan.

- Bueno, entonces así también salda sus cuentas pendientes con la nostalgia de no haber dicho esas cosas en su momento. Ojo, tenga cuidado, que la nostalgia está mal vista...

- A mí me gusta la nostalgia. Soy nostálgico. Ahora mismo, en el presente, hay una gimnasia nacional del odio. En cambio, decir lo que se siente, el agradecimiento, las cosas buenas, se esconden, no se dicen. Y no pasa nada por decirlo. Al contrario. 

 

- Yo pensaba esto mientras leía Los ingratos: este alto listón de Pedro Simón, puro y duro, de escritor delicatessen, frases exactas y únicas, ¿se podrá sostener hasta el final? Vaya por delante que ocurre que sí.

- Bueno, nos dedicamos a escribir, ¿no? Como dice Lucía Méndez: escribimos para que nos quieran. Yo añado: y para que nos paguen un salario. Yo eso es lo que hago en el periódico. Cuento, lo mejor que puedo, las historias de los demás. Ahí, eso es lo que tienes que escribir. Cuando escribo ficción soy Dios.

- Tiene unas referencias formidables que le llevan a este Los ingratos. Por un lado Roma, de Alfonso Cuarón. Por otro, El olvido que seremos, de Héctor Abad Facilione; por cierto, pasada al cine por el gran Fernando Trueba con Javier Cámara como protagonista. Aunque puede decirse que Simón lo vio primero, o al menos al mismo tiempo que Trueba. Ahí es nada... Y, además de canciones familiares setenteras, el Lo que quieras oír de Ricardo Chirinos y Los Pistones también está, cosa que sorprende...

- Sí. Y lo digo al principio del libro. Roma y El olvido que seremos son dos maravillas. Y me llevaron a pensar que había que saldar una deuda. Y esta deuda estaba en los años 70. En España y en nosotros. Por eso, cualquiera que haya nacido en los 70 y lea el libro se verá reflejado. Esos años del desarrollismo. De la mezcla del campo y la ciudad. Los coches aquellos en los que viajábamos con nuestros padres sin cinturón de seguridad... Los pueblos.

"Quería ir al lugar donde fui feliz"

En todo ese mundo, casi siempre, las mujeres. Ésa es la deuda. Ocupando un lugar tan importante como no reconocido. Además, mi madre fue maestra rural. Entonces, quería meterme en esas historias. E ir al lugar donde has sido feliz, aunque lo idealice. Aunque no se recomiende.

- Para mí, usted es el mejor periodista escribiendo sobre los hijos. En esta novela hay un poco de todo esto. La perspectiva total del niño protagonista y la mirada de la mujer protagonista aunque no sea la madre. Le veo en las dos voces... ¿Qué le pasaría a un niño de hoy, ahí, en su mundo virtual, en el contexto de Los ingratos? 

- Igual es que ser el niño y tener hijos es lo mismo. Digo en relación al libro. Pues yo pienso que qué complicado es ser padre hoy. El ocio cumplido de hoy, la oferta de todo... En los 80 teníamos el problema de las jeringuillas. Es cierto.

- Cuando escribe ficción, ¿se siente mejor que en sus reportajes en El Mundo o en sus columnas?

- Escribir esto me abstrae y me obsesiona. Y necesito tiempo. Me apetece seguir con más libros. Tengo cosas por ahí. Pero también tengo que seguir con mi trabajo en El Mundo.

Mujer de rojo sobre fondo rojiblanco, por Delibes, o por Simeone, sería el tributo final de este Los ingratos para retratar a la perfección a este Pedro Simón que ha escrito un libro de película. Un libro que te lleva a un lugar donde no has de volver, por lo de la música, y porque no hay más remedio: has sido feliz. Donde pasa la vida. Más música. No hablamos de ella pero puede que Pedro Simón, aunque tú no lo sepas, escriba encima de una partitura.